La guerra civil Siria, que sufre el país desde el 2011, ha provocado que miles de personas hayan huido por la creciente violencia. Los civiles escapan de la guerra refugiándose en países vecinos como Jordania, Libano, Turquía, Iraq y Kurdistán. Una situación similar, viven los civiles palestinos que han sido exiliados por las condiciones críticas en que vivían. Sin embargo sus nuevas vidas en otros países como “refugiados” no son las mejores, especialmente para los niños. 

Estas condiciones de vida de los niños en el Líbano son retratadas por el proyecto ‘Lahsa2’ que lleva a cabo la organización Zakira en colaboración con UNICEF Líbano y que ha permitido que 500 niños sirios y palestinos de entre 7 y 12 años, y refugiados desde el 2011 en el país, fotografíen y expongan la visión de su vida cotidiana con cámaras desechables.

Zakira (“memoria” en árabe) es una organización dedicada a la difusión de la fotografía y la imagen en la sociedad, que ya ha organizado dos exposiciones ‘Lahza’ (“momento” o “vistazo” en árabe), con las que pretende identificar jóvenes con potencial artístico para que desarrollen su talento a través de la fotografía capturando la vida de los “refugiados” a través de los ojos de la niñez. 


La fotografía como terapia del conflicto

Durante los 9 meses, los voluntarios de Zakira han recorrido de norte a sur el Líbano enseñando a unos 500 niños a utilizar una cámara fotográfica, para que puedan realizar sus propias imágenes de las condiciones en que viven. 

A través de la fotografía, los niños refugiados por la guerra y exiliados de sus países de origen, pueden expresarse de forma creativa y en algunos casos “podemos apreciar que el trauma del exilio y el conflicto se refleja en sus trabajos, fotografiando a sus familias y amigos mientras juegan o pasean”, como señala Xataka foto.  

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