Se trata de uno de los grandes miedos, propios de una película de terror: ser enterrados con vida.

Y eso fue lo que estuvo cerca de ocurrirle a una mujer de 76 años que reaccionó justo a tiempo dentro del ataúd en el que se encontraba, en pleno velatorio con familiares incluidos.

Todo ocurrió en Babahoyo, en el centro de Ecuador, cuando un médico de un hospital de la ciudad declaró muerta a Bella Montoya por un presunto derrame cerebral.

Luego fue metida en un ataúd y trasladada a una funeraria donde, después de cinco horas, el ataúd comenzó a sacudirse. Cuando abrieron el féretro se encontraron con la mujer luchando por respirar, todavía con la bata y la pulsera del hospital.

"Mi madre empezó a mover la mano izquierda, a abrir los ojos, la boca; le costaba respirar", contó su hijo Gilbert Balberán, describiendo el momento en que se dio cuenta de que su madre seguía viva.

Un vídeo grabado por un vecino presente en la funeraria que se hizo viral muestra a la mujer tumbada en el ataúd abierto.

Minutos después Bella Montoya fue sacada del cajón, colocada en una camilla y trasladada al mismo hospital donde había sido declarada muerta.

La periodista ecuatoriana Cristina Muñoz le dijo a la BBC que no es extraño que no se abra el ataúd hasta que llegue a la casa fúnebre.

"La limpieza de un cadáver se hace a veces en los hospitales, pero preparar el cuerpo y maquillarlo antes del velorio lo hacen profesionales en las funerarias", explicó Muñoz desde Quito.

Pero este cuidado en la funeraria no siempre tiene lugar, ya que -en palabras de Muñoz- "ese ritual suele ser muy caro por lo que familias con pocos recursos deciden hacerlo ellos mismos".

Salud delicada

El hijo de Bella Montoya le contó a medios ecuatorianos que su mamá se encuentra en cuidados intensivos.

"Mi mamá está con oxígeno, su corazón está estable. El médico le pellizcó la mano y reaccionó, me dicen que eso es bueno porque significa que está reaccionando poco a poco", dijo el hijo al diario El Universo.

El Ministerio de Salud ecuatoriano creó una comisión para investigar el incidente.

Balberán explicó que había llevado de emergencia a su madre al hospital en la mañana y que "al mediodía un médico me dijo que había fallecido".

Incluso le entregaron un certificado de defunción en el que se decía que había muerto de un paro cardiopulmonar, tras sufrir un derrame cerebral.

Según le dijo a la BBC la periodista Muñoz, el caso de Bella Montoya ha tenido un fuerte impacto en el país y se está siguiendo muy de cerca dado que su "salud todavía es delicada y nadie saber cómo terminará esta historia".

Para Muñoz también están las puertas abiertas "para que su hijo pueda recurrir ante la justicia por negligencia, mala práctica y estrés emocional".

En febrero hubo un caso similar al de Montoya en el estado de Nueva York, Estados Unidos, cuando una mujer de 82 años respiraba mientras se encontraba en una funeraria, tres horas después de haber sido declarada muerta en una residencia de ancianos.

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