-Este diálogo constituyente ha tenido tropiezos, la derecha ha golpeado la mesa y el gobierno ha tenido que alejarse un poco. ¿Cuál es tu evaluación?
-Yo llamaría a la calma, estamos todavía en un proceso de entender la contundente manifestación de la ciudadanía, el 4 de septiembre, con 8 millones de votos a favor del Rechazo. Fue un verdadero estallido electoral y pacífico.
Como presidente de la comisión de Constitución del Senado, llamo a evitar las estridencias. Lo que ocurrió el lunes fue positivo, porque hubo cinco primeros acuerdos, refrendados por todos los partidos presentes salvo Republicanos: vamos a tener una nueva constitución, un nuevo proceso constituyente, que va a ser paritario, que va a ser con voto obligatorio al menos en el plebiscito de salida; y lo más importante, que es la novedad respecto del proceso anterior, con una comisión de expertos y expertas.
-El punto que parece más polémico o en el que todavía no hay acuerdo es el de los pueblos originarios, de qué manera van a estar presentes.
-Sí, efectivamente, en eso no hay acuerdo, ni siquiera en el principio. Por eso es que fue un error por parte de la ministra Vallejo hablar de participación de independientes y de pueblos originarios sin que haya sido parte de los primeros acuerdos. Por el contrario, lo que ocurrió es que hay un consenso, bastante generalizado, de no repetir la experiencia de las listas independientes; tampoco que haya escaños reservados para los pueblos originarios.
-¿Qué te ha parecido la respuesta de la derecha, que se restó de la reunión de este jueves? ¿Ha sido una sobre reacción?
-Sí, creo que ha habido un exceso de estridencia sobre todo por parte de Francisco Chahuán, con quien pese a todo hemos mantenido un diálogo muy abierto, muy franco.
Yo quedé muy tranquilo después de la reunión que tuvimos el martes con la ministra Ana Lya Uriarte, con la subsecretaria Macarena Lobos: ellas tienen muy claro que el gobierno no va a tener un rol protagónico en el proceso. El rol de la Segpres será similar a lo que fue el rol de Gonzalo Blumel en el acuerdo de 15 de noviembre.
-En esa ocasión prácticamente el presidente Piñera no tuvo ninguna presencia en el acuerdo. ¿Hay una revancha?
-No lo sé, pero efectivamente el Presidente Piñera no tuvo protagonismo en ese acuerdo; sí el ministro Gonzalo Blumel. Por eso digo que la ministra Segpres debiera ser la que acompañe este proceso, al igual como se hizo el 15 de noviembre por parte de Blumel. El poder constituyente volvió al Congreso y es el Congreso el que tiene que habilitar un nuevo proceso.
-Hay una diferencia entre decir que el gobierno va a acompañar el proceso o que va a estar alejado de las negociaciones.
-El gobierno lo que tiene que hacer es acompañar. Puede entregar insumos, puede tener un rol de colegislador también, pero no un papel de protagonista.
-¿Esto será más lento de lo previsto? No por nada se suspendió la reunión del 15 de septiembre.
-No tiene sentido reunirse si no va a estar Chile Vamos, porque la derecha tiene que ser parte de un acuerdo amplio. Espero que estos días sirvan para que cada partido, como la DC, avance con sus propios equipos técnicos. Ya tenemos un marco, ahora lo relevante es ir a las definiciones más específicas. Quiero celebrar la propuesta que hace RN, que apoya dos principios que son muy importantes: que el órgano que va a aprobar las normas de la NC, que ellos denominan el Consejo Constitucional, va a ser elegido democráticamente. Asimismo, que va a haber una comisión de expertos y expertas que ellos denominan mesa político técnica, que va a trabajar en insumos desde el primer minuto.
-¿Cuál crees que sería mejor forma de incluir a los expertos, elegirlos o que cada partido ponga sus candidatos?
-En la línea de lo que ha planteado el Presidente Ricardo Lagos, que sean elegidos por el Congreso Nacional de manera que sean representativos de la diversidad de opciones ideológicas, también con independientes que tienen representación parlamentaria.
Y bueno, que ellos puedan trabajar en una suerte de anteproyecto. De manera tal que la convención o este consejo constitucional, que sea elegido por la ciudadanía en abril (el Servel ha dicho que no se puede constituir antes), no parta de cero. Que incluya como base aspectos de la constitución del 25, la constitución actual con las reformas de Lagos, la propuesta de Bachelet y algunos elementos que se puedan rescatar de la propuesta de la convención.
-¿Qué piensas de esta idea que ha vuelto a circular de hacer un plebiscito de entrada para establecer el mecanismo?
-El problema que tiene es que va a dilatar mucho el proceso y yo creo que Chile requiere avanzar en certezas. Hacer un plebiscito de entrada significa que recién podríamos tener una NC el 2024, se va a confundir con las elecciones municipales, de gobernadores regionales, creo que no es una buena idea. Estoy de acuerdo con el ministro Mario Marcel: la economía del país está en una situación muy compleja y requiere certezas. Mientras más certezas institucionales tengamos, mejor.
-¿Y ojalá antes de los 50 años del golpe o te da lo mismo?
-Es un error auto imponernos plazos, hay una confusión de lo accesorio con lo principal, que es tener una NC.
-Mencionaste a la DC, que sigue siendo tu partido. La directiva apoyó el Apruebo, que fue vapuleado. Y gente como tú y Ximena Rincón, que estuvieron por el Rechazo, fueron pasados al Tribunal Supremo. El presidente renunció. Entonces, ¿cómo está la interna del partido?
-Es una situación muy compleja. El problema es que tenemos un partido que en este momento no tiene conducción. Es una micro que va sin conductor contra el tránsito.
Los ex presidentes del partido hicieron una propuesta que es la última posibilidad que tiene la DC de salvarse como partido: una mesa de unidad, con los mejores hombres y mujeres.
-¿Quedaron muy dañadas las relaciones?
-Si. Más de una semana y media después del plebiscito se mantiene una causa disciplinaria entre el TS y quienes tuvimos mayor sintonía con la ciudadanía el 4 de septiembre. Eso habla de una directiva del partido que no ha entendido nada.
-Lo otro que se especula es formar un nuevo referente de centroizquierda, con Amarillos. El lunes antepasado estuvieron juntos en Confitería Torres…
-Más que Amarillos, hay un espacio para la centroizquierda por el Rechazo, donde está Una que nos Una, con Felipe Harboe, Javiera Parada, Oscar Landerretche, Ricardo Brodsky. Y donde está la DC por el Rechazo. Estamos todos en proceso de reflexión. Claramente hay un centro y centro izquierda que están huérfanos de representación y es parte de la reflexión en que estamos.
-Lo que pasó con el diálogo constituyente, ¿fue el primer traspié de este nuevo eje del gobierno?
-Hay que distinguir. Hubo errores puntuales en lo que señaló Vallejo y lo que dijo la ministra Tohá, respecto de ponerle plazo a estos diálogos, pero creo que la ministra Uriarte y la subsecretaria Lobos, que tienen más experiencia en el diálogo con el Congreso, han acertado respecto del rol que tiene que tener el gobierno, que es de acompañamiento y no protagonismo.
-¿Has pensado en renunciar a la DC?
-Estamos en un proceso de reflexión, tratando de leer bien los resultados del 4/S. Quisiéramos que esa reflexión se diera dentro de la DC, que nos diéramos una última oportunidad de intentar leer bien el mensaje que envió la ciudadanía. Claramente la directiva no ha estado sensible a esa reflexión. Seguimos llevados al Tribunal Supremo como si no hubiera pasado nada. La clave es cómo interpretar a ese enorme electorado que votó por el NO, por la Concertación, por la Nueva Mayoría y que hoy está huérfano.