-Algunos sectores en la derecha están pensando desechar una convención y optar por un comité de expertos. ¿Cuál es su postura?
-Lo que yo formalmente he conversado con mis socios, que son RN y la UDI, sus presidentes y directivas, es que vamos a cumplir nuestro fiel compromiso de continuar este proceso constituyente. Iniciamos una mesa el miércoles donde ni siquiera hablamos de los mecanismos. Esta conversación está abierta, todos los mecanismos hoy día están sobre la mesa, más allá de que algunos partidos hayamos manifestado nuestra preferencia.
-¿Evópoli prefiere una convención?
-Un órgano participativo, llámese convención o se llame de otra manera. Pero al final del día es un órgano que tenga elección popular. La ciudadanía fue protagonista en la campaña y debe tener un espacio en la redacción del próximo texto.
-Dirigentes de RN y la UDI han dicho que no les gusta la idea de repetir la convención, porque ya fracasó.
-No sé si varios. Son uno o dos senadores, no generalicemos. No es una postura formal lo que entiendo de RN, habría que preguntarles a ellos. Lo importante es que ellos definan su postura. Yo no me voy a involucrar ahí.
Pero una convención tal y como se realizó hace un año, eso sí es un error. Es bien curioso que los partidos que estuvieron por el Apruebo, que el domingo fracasaron rotundamente, no tomen conciencia, no hagan autocrítica, y pretendan que todo siga igual, que ocupemos el mismo diseño.
-Cristián Monckeberg dijo que “yo escucho en privado que todos dicen no queremos una nueva convención, de lado y lado”.
-Tendría que decir quiénes son y explicitar quiénes están por esa postura.
-¿Pero no ha escuchado ese comentario?
-No, yo no soy parlamentaria y probablemente esas conversaciones se dan mucho en los pasillos del Congreso.
-Lo dijo Monckeberg, ex convencional.
-Dice de lado y lado, no sé quienes son esas personas, no sé en qué contextos se escucharon. Aquí hay una formalidad, que es una mesa de trabajo que comenzó el miércoles con todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria. Este lunes vamos a continuar esa conversación, ni siquiera vamos a ver los detalles y los bordes de una supuesta o no convención, sino que nos vamos a organizar en la metodología para llegar a acuerdos lo antes posible.
-Quienes han criticado públicamente la idea de una convención son Juan Antonio Coloma, Iván Moreira, jefe de la bancada de senadores de la UDI, Juan Castro de RN.
-Con quienes converso permanentemente son los presidentes de ambos partidos, de ellos he escuchado explícitamente el compromiso con la continuidad del proceso. Eso no se pone en duda. Y por una nueva constitución, que también es algo que no puede estar en duda Chile Vamos.
Respecto del mecanismo efectivamente estarán en su legítimo derecho de proponer otras fórmulas respecto de eso, y tendrá que verse en la mesa con los votos que opción permanece. Yo al menos esperaría que ambos partidos que han declarado la voluntad absoluta y su compromiso con el proceso constituyente, den a conocer cuál es para ellos un mecanismo, cuyos detalles se van a definir en una mesa de trabajo. Si cada uno llega con su modelo totalmente cerrado, entonces ¿dónde está la negociación?
-¿Cree que esto daña la credibilidad de la derecha, que se comprometió a un proceso, y ya en los primeros días se han visto diferencias?
-No, hay una izquierda que quiere hacer ver siempre que nuestro sector no cumpliría su palabra o trataría de no avanzar en las promesas. Y tanto el presidente de la UDI como el presidente de RN están tremendamente comprometidos con que este proceso avance a la brevedad, pero con seriedad.
-¿Cuáles son los plazos que serían más adecuados? Se habla de marzo como fecha para las elecciones de convencionales.
-Hay un consenso general de que nadie quiere llegar al 2024, donde vamos a iniciar un nuevo ciclo electoral sin una nueva constitución en las manos. Por lo tanto hay un consenso que antes de fin del próximo año, de 2023, debiésemos tener aprobada por la ciudadanía, legitimada, ojalá con una amplia amplia mayoría un nuevo texto para Chile.
-¿Antes del 11 de septiembre, cuando se cumplan 50 años del golpe?
-Mira, no me atrevo a decir ese tipo de fechas porque depende mucho de cuál es el mecanismo que se determine, cuándo logremos tener acuerdos de los detalles, por lo tanto cuándo serían las elecciones. Hay más o menos consenso que son entre 6 a 8 meses máximo de trabajo de este nuevo órgano ciudadano, elegido democráticamente, para lograr tener el texto.
-¿Sería aconsejable ir avanzando en ciertos acuerdos básicos de los contenidos, con los cuales debería partir la discusión constitucional?
-No, creo que lo primero es fijar una metodología de trabajo. Desde Chile Vamos la idea es proponer el día lunes un comité técnico que nos permita rápidamente, una vez consensuado el mecanismo, trabajar en los detalles.
Para Evópoli sería este nuevo órgano electo, llámese convención o termínese llamando de otra manera, pero esta nueva convención con reglas distintas que no cometa los mismos errores del proceso anterior. También hemos propuesto que a este órgano electo popularmente debe acompañarlo un comité de expertos.
Los contenidos se verán una vez que se determine el órgano. ¿Por qué vamos a trabajar nosotros los contenidos si se supone que estamos eligiendo cómo habilitar el proceso, y luego el mecanismo, para que se pongan a redactar?
-Porque así se evita el riesgo de la hoja en blanco.
-No es una hoja en blanco. Chile Vamos ha hecho un compromiso con diez principios básicos que debieran incorporarse en un nuevo texto y que no están en el texto vigente. Eso se suma a lo que otras fuerzas políticas pusieron sobre la mesa antes de la elección, como la centroizquierda.
Y tenemos nuestra historia constitucional y el proceso de Bachelet, en el cual Evópoli participó activamente. Tenemos insumos para partir en términos de contenido.
-Un par de encuestas recientes dicen que la gente no quiere una nueva convención, sino un comité de expertos.
-Es importante pensar fuera de la caja. La ciudadanía está cansada de tanto proceso eleccionario, además desilusionada de cómo se dio, no solamente en su diseño sino en su proceso y resultado. Primero, no sabemos las explicaciones de ese 62 % que rechazó.
No podemos decir que todos quieren que no haya un proceso y que quieran expertos; no podemos decir que todos ellos no quieren cambios y que quieren respetar el artículo 142 (que establece que si gana el rechazo, se mantiene la actual constitución), que todos quieren una convención electa. Creo que eso es atribuirse una interpretación que en tan pocos días es imposible hacerla.
Pero lo que sabemos es que tiene que tener ciertos elementos: participación ciudadana, tiene que haber un espacio, una instancia formal de expertos.
-¿Que reacción provocó la carta en RN y la UDI?
-Fueron respetuosos de la institucionalidad de Evópoli.
-¿Va a ser más difícil de lo que pensaba este proceso?
-El contexto es distinto, lo asemejo más al acuerdo del 15 de noviembre, donde hubo un comité técnico. Creo que hay consenso en la mayoría, van a haber diferencias en los detalles, la participación de los pueblos originarios, pero no vamos a tener problemas con la paridad. Hay hartas cosas que ya están bien zanjadas, el tamaño, como vamos a incorporar a la sociedad civil, a los expertos. Tengo bastante optimismo de que vamos a llegar a un acuerdo, porque Chile necesita esa certeza para avanzar y cerrar este ciclo. Y en paralelo que el Congreso se pueda preocupar de legislar y atender las necesidades de los chilenos y chilenas, que ya harto han esperado, han esperado seis meses para que este gobierno se ponga a gobernar.
-¿Qué le dijeron al Presidente en la reunión?
-Lo que le dijimos al Presidente en forma directa en nuestra reunión es que para que él pueda concentrarse de una vez por todas en las urgencias sociales, hay que dejar que este órgano funcione en forma paralela. ¿Es importante? Sí. Pero más urgentes son las necesidades de las personas que ponen todas sus fichas en que el Gobierno avance en sus materias y que el Congreso pueda tener toda su energía puesta en la tarea legislativa.