-¿Hay espacio ara avanzar en el TP-11, considerando que es una materia económica que iba a quedar resuelta después del plebiscito?
-Llegó el momento de poner en el horizonte que esto va a llegar a la sala del Senado. Entonces, se va a constituir próximamente una instancia de trabajo que el gobierno está afinando como va a ser, para ver las decisiones, recoger las opiniones, las inquietudes que hay, y llegar con una postura clara cuando sea esa votación. Esperamos que eso suceda de manera muy próxima.
Tohá no entregó más detalles, pero la decisión de echar a andar el TPP11 estaba tomada desde mucho antes, en el escenario de que triunfara el Rechazo (la Convención proponía poner el foco de las relaciones internacionales en América Latina y el Caribe).
Antes de las elecciones, señalan fuentes del gobierno, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, había puesto sobre la mesa la necesidad de que este tratado y la modernización del acuerdo con la Unión Europea estuvieran aprobados este año, con el objetivo de dar señales de certezas a los inversionistas extranjeros.
El ex Presidente Lagos dijo este martes en El Mercurio lo siguiente: “En este momento, una decisión de esa naturaleza nos colocaría de nuevo en un lugar adecuado de la escena mundial, pues el mundo del futuro será el mundo del Asia Pacífico. Ahora quiere entrar China. Y si Chile ratifica, podría darle el visto bueno. ¿Se da cuenta el poder? ¿Cómo vamos a quedar fuera del más grande acuerdo comercial del mundo?
El que Marcel haya influido en la apuesta del gobierno por aprobar el TPP11 supone una derrota del subsecretario de Relaciones Internacionales, José Miguel Ahumada, quien ha sido reconocido como un detractor del tratado, al igual como lo fueron Boric y Jackson cuando estaban en la Cámara de Diputados. Ahumada había anunciado además un proceso de participación ciudadana para “redefinir y legitimar” la política de comercio exterior del país.
La Subsecretaría preparó una presentación a los otros 10 países suscriptores del acuerdo para que Chile quede excluido de una de las disposiciones claves ya negociadas del pacto, en el capítulo de inversiones del TPP11. Se trata de mecanismos para resolver disputas entre un Estado e inversionistas. Esa área es una de las más criticadas por los opositores del tratado porque -a su juicio- restan “soberanía” al Estado ante el poder de las multinacionales.
Personeros de gobierno estiman que esta iniciativa difícilmente prosperará, pese a que para algunos este aspecto podría ser clave para que el pacto sea visado en el Senado, donde está trabado desde que fue aprobado en la Cámara de Diputados, en 2019. De no avanzar en ese ámbito, sin embargo, fuentes del Ejecutivo señalan que la idea sigue siendo empujar para que el TP11 sea aprobado este año en la Cámara Alta.
Marcel también ha sido un firme partidario de cerrar este año las negociaciones para modernizar el TLC con la Unión Europea. Ahumada había resuelto reabrir las conversaciones, al punto de que se considera el “cierre técnico” de octubre del año pasado como un “acto comunicacional”. Pero las negociaciones aún continúan y todos apuestan a que, si bien el gobierno presionará por mejorar las condiciones del pacto, la posición del ministro de Hacienda ya se impuso en La Moneda.