-Girardi sinceró algo que quizás se sabía: Que el Frente Amplio y el Partido Comunista no quieren al PPD. ¿Hay una fractura mayor a la pensada en el oficialismo?
-Sí, yo creo que sí. La elección que viene es como una bifurcación en el camino para ver qué tan unida se mantiene esta alianza de gobierno. El PPD no pesa tanto en la coalición. Pesa más el socialismo, de Elizalde, que decidió sumarse desde el comienzo. Eso es lo que le dio gobernabilidad a Boric. Pero obviamente, cuando van cambiando las condiciones se tienen que revisitar esos principios.
En este caso, Boric no ha hecho un buen gobierno, está bastante débil. Yo creo que desde la centroizquierda tienen todo el derecho a preguntarse si es que quieren seguir en un buque donde tienen más marineros que capitanes y que parece estar hundiéndose. Es una legítima pregunta si es que el Socialismo Democrático se quieren mantener con ese trato.
-La pregunta también es ¿qué pasaría si Socialismo Democrático fuera unido a Apruebo Dignidad? ¿Perdería su identidad?
-Sí. Si van a la elección en conjunto, la idea de centro izquierda tradicional se va perdiendo. El socialismo de la Concertación no existiría tal como la conocemos. Y creo que estarían subvencionando electoralmente al Frente Amplio. Si van en una coalición conjunta, los que se ven beneficiados son la izquierda radical y los que tendrían que estar subvencionando y perdiendo escaños por ir en una coalición conjunta es la centro izquierda.
-¿Al Socialismo Democrático no le conviene una alianza más fuerte con Apruebo Dignidad?
-No. Al Socialismo Democrático le conviene ir solo. Por varias razones. Primero porque son partidos tradicionales, que compiten en todo Chile. En particular al socialismo le va muy bien en todas partes. Para el PPD un trato con AD sería particularmente perjudicial. Porque tendría que perder cupos. Son solo 50 los que se reparten y algunos de ellos también a pueblos originarios. Por lo tanto, si se hace una coalición el PPD sería uno de los perdedores, porque al socialismo le fue bien el 2017, le fue bien el 2021, entonces no perdería tanto comparativamente.
-Francisco Vidal dijo que estamos en un gobierno en el suelo. La última encuesta da un 70% de rechazo. ¿Es el gobierno más débil desde el retorno a la democracia?
-Sin ninguna duda. No hay ningún otro gobierno que haya estado tan bajo como este. Es una anomalía histórica que el presidente haya llegado a este punto con tan poco poder. Y se sigue profundizando la crisis.
-Una paradoja es que el PPD tiene a Carolina Tohá como ministra del Interior, pero en general no existe en el Gobierno.
-En el Gobierno tiene muy poca presencia y en el Congreso también. El PPD claramente no es el partido que solía ser y eso abre la pregunta de cómo va a negociar hacia el futuro. Lo que tiene que hacer la centroizquierda, si pudiera volver al poder, es empezar a crear una identidad, una alternativa propia, porque si ellos se van conformando con lo que está haciendo el Frente Amplio, con lo que está haciendo el Partido Comunista van a perder poder de negociación e identidad. Las personas no los van a ver como una alternativa a este gobierno. Y todo indica que este gobierno se está hundiendo.
-¿Podría ser peor?
-No hay ninguna señal que demuestre que van a mejorar en el corto plazo, por lo tanto, el PS y el PPD estarían hipotecando su futuro. En cambio, si ellos van en una lista aparte, la centro izquierda tradicional estaría apuntando a construir liderazgo hacia el futuro. Y tal vez por ahí apuntar a recuperar el poder.
-La elección de mayo está perdida, dijo Girardi. ¿Cuál es tu visión?
-Comparado con lo que pasó en la Constituyente, absolutamente. Lo que se espera es que sea una elección mucho más parecida a lo que vemos en la distribución actual del Senado. Que son las fuerzas tradicionales: la derecha y la centroizquierda y tal vez un poco más de presencia de los partidarios del gobierno y de la extrema derecha, Republicanos y ese mundo. Pero básicamente no va a haber un control de la derecha y no van a poder pasar máquina desde la izquierda.
-¿Y cuál es tu pronóstico?
-La fuerza más competitiva va a ser la centro izquierda. El rechazo no fue una señal a favor de la derecha, sino contra la ultra izquierda. Ahora, los votantes se van corriendo un poco más hacia el medio. Entonces yo creo que ahí las dos fuerzas tradicionales, que son la centroizquierda y la centroderecha, debiesen ser dominantes con menos presencia de los extremos.
-¿La derecha tendrá un mejor resultado?
-La derecha va a tener voz y voto. En el proceso anterior, la derecha no participó, no tenía ni siquiera un tercio para tomar cualquier tipo de decisión. En tanto que la izquierda no va a poder tener el control de más de dos tercios como en la convención constitucional.
Para la izquierda está perdida la elección en el sentido de que no se va a poder hacer cualquier cosa. Además, está demasiado tutelado el proceso, hay demasiados bordes que impiden que la izquierda pueda avanzar unilateralmente como lo hizo antes.
-¿Por qué el Frente Amplio y el Partido Comunista no quieren al PPD ni el PS?
-El Frente Amplio hizo su carrera política y todas las figuras que están hoy día lo hicieron denostando a los 30 años. Pero hoy día están pidiendo un poco de agua, porque Boric lo está haciendo tan mal que necesita ayuda.
-¿El tema de los indultos va a seguir teniendo costos?
-Sí. Tienen que revisar los papeles y yo creo que eso se lo van a pedir al nuevo ministro. La acusación constitucional a Ríos va. Me parece también que a este ministro le van a seguir preguntando porque fue una chambonada mayor. O sea, fue un error no forzado épico. Hay muchos puntos que todavía quedan por resolver y muchas cosas que todavía se tienen que conocer. Entonces yo creo que no va a parar.
-¿Es posible que se llegue a una medida extrema, en la que no hay consenso jurídico, de revocar el indulto?
-Yo creo que está sobre la mesa. Fue un error grave de Camila Vallejo el otro día decir que no se puede retroceder, porque básicamente permite poner el punto de que se debiese retroceder. Entonces abrió el juego. El gobierno tiene que estar abierto a enfrentar este error, porque para la gente es muy, muy grave.
-¿Cuál debería ser la estrategia del presidente en estos días difíciles? ¿Mantener un segundo plano?
-Sí. Desde el principio ha sido un error que participe tanto en la coyuntura. Comentar todas las cosas es un problema, pero comentarlas después es peor. Lo primero que tiene que hacer es empezar a tomar las decisiones un poco mejor, más premeditadas. No puede ser que existan tantas desprolijidades. Existen muchos problemas en la estrategia. En el segundo piso hay una cámara de eco que no permite que entren críticas. Creo que tienen que mirar un poco la cancha de más lejos. Y no estar comentando. No es un comentarista; es el Presidente de la República y estar un poco más a la altura de su investidura.
-¿El presidente lo está pasando mal?
-Con justa razón. Nadie lo obliga a indultar a 13 personas en el momento más álgido de la crisis de seguridad. ¿Nadie le dijo que era una mala decisión? Me parece que todas estas cosas son básicamente asociadas a la personalidad del Presidente. Entonces me imagino que lo está pasando mal, pero es por el propio peso que carga por ser como es.