-¿Qué circunstancias políticas lo llevaron a renunciar al Partido Radical?

-Cuando uno ya no tiene la comunión de valores, de programas y de principios, la verdad es que no se justifica seguir con la militancia. Chile está viviendo una coyuntura muy especial, porque lo que se discute en este momento constitucional son las características de sociedad y de institucionalidad con la que queremos vivir. Y, por lo tanto, esta es una discusión profunda, de grandes alcances. El hecho de habernos enfrentado en la votación del Apruebo y el Rechazo lo que hizo fue tensionar el conjunto global de las ideas que cada uno tiene sobre la sociedad. Este momento constitucional no se ha cerrado y lo más probable es que quienes fuimos parte del Rechazo y quienes fueron parte del Apruebo nos volvamos a enfrentar en la próxima elección de convencionales, porque claramente tenemos visiones de sociedad que son distintas.

-La directiva del PR llamó a renunciar a los que estaban por el Rechazo y después los pasó al Tribunal Supremo, entre ellos, a usted. Incluso, Carlos Maldonado, expresidente del partido, fue suspendido como militante.

-Esa actitud no tiene relación con lo que ha sido siempre la tradición del Partido Radical, en donde la disciplina no se usa como herramienta de persecución. Aquí se trató de imponer una técnica estalinista que yo desconozco y, por lo tanto, ese fue un primer quiebre que también tiene significación en la decisión que he tomado ahora.

-¿Su próximo paso es incorporarse a Amarillos por Chile?

-Así es. Creo que es una trinchera desde la cual uno va a poder, otra vez, dar esta gran batalla por una buena y nueva Constitución.

-¿Cuándo firma?

-Estamos viendo, pero ya me invitaron a firmar la escritura, como uno de los constituyentes.

-¿Cuántos radicales se van con usted a Amarillos?

-No lo sé. No he participado en ninguna actividad para juntar radicales en torno a esta idea. Prefiero que esto sea un proceso personal, que sea una decisión estrictamente individual, que cada uno la converse con su almohada y su conciencia.

-¿Amarillos por Chile es el llamado a copar el centro político?

-Claramente una parte muy importante de la sociedad hoy está huérfana de representación en ese espacio. Los partidos de la ex Concertación han iniciado un proceso de izquierdización bastante rudimentario, bastante rústico, compitiendo todos por el mismo electorado, es decir, por el electorado más de izquierda. Eso dejó claramente a los chilenos de centro, a los chilenos de un pensamiento reformista, sin representación y ahí hay una oportunidad. Amarillos, lo que tiene que hacer, es representar a esos chilenos y chilenas, a los que fueron el alma y la carne de la Concertación por la Democracia y que hoy día no tienen representación ni conducción.

-¿Arrebatar el centro político a la DC y otros partidos de centroizquierda? 

-Nadie debería sentir temor. La representación de las grandes corrientes nacionales es una lucha continua y legítima. Lo que la gente tiene que hacer, si en realidad se siente insegura,  es poder interpretar de una manera muy fiel el pensamiento del electorado que aspira a representar. Los partidos no están condenados a morir, porque otros nazcan; están condenados a morir porque ya no expresan a una parte importante de la sociedad.

-¿La DC y el PR están condenados a morir?

-No creo en el determinismo en política. Nadie está condenado a morir, así como nadie tiene asegurada su sobrevivencia.

-¿Amarillos es un partido paraguas de los ex Concertación que están desencantados; un partido que desaparecerá después del nuevo proceso constitucional o uno llamado a perdurar, participando en las futuras elecciones municipales, parlamentarias e incluso presidenciales? 

-Todas esas preguntas son difíciles de responder hoy día.Hoy día Amarillos, por el compromiso que tomó con los chilenos y chilenas, es defender una Constitución democrática y republicana. Una vez que logremos entregarle a Chile esa obra, en ese momento, se verá, pero hoy es un partido que nace muy centrado en el trabajo constitucional”.

-¿Su interés es ser candidato a convencional?

-Si el partido necesita que sea candidato, creo que es un momento lo suficientemente delicado, para que uno no acepte esa responsabilidad.

Publicidad