El telón de fondo: La carta de Huenchumilla, titulada “El destino de la DC” y dirigida a la militancia, tiene como contexto que el 5° lugar que obtuvo Yasna Provoste en la presidencial con 11,6% y la nueva caída en el número de diputados (de 12 a 8) profundizó la sensación de un desfonde electoral DC, que en el partido asocian a una severa crisis de identidad marcada por la falta de un relato político claro que logre capturar al amplio espacio de votantes moderados, como hizo la DC en los 90’. También, a las “luchas de poder interno” que menciona Huenchumilla, en alusión a la elección interna. En la DC, esos comicios son vistos como una disputa de bandos entre Provoste (quien apoya a Delpín) y Ximena Rincón y Fuad Chahin (quienes respaldan a Pérez).
- La rencilla data de heridas propias de la campaña presidencial y las elecciones de constituyentes entre ambos grupos, e impidió construir una lista de unidad, como intentó Huenchumilla.
- Esa lucha interna, junto con la crisis de identidad del partido, y la opción cierta de que el PS rompa el eje histórico con la DC y la renuncia de históricos como Genaro Arriagada y Edmundo Pérez Yoma, amenazan con profundizar la crisis.
“La incapacidad de aceptar el deterioro”: Los números sobre la sistemática caída de la DC en el Congreso son claros: en 2017, bajó de 22 a 14 diputados, y recientemente de 14 a 8; siempre lejos de los 38 diputados que alcanzó en los 90’. Para Huenchumilla, aquello se profundizará si la dirigencia DC no se percata de esa tendencia y no realiza un giro hacia buscar acuerdos internos, como no sucedió en la inscripción de listas para la elección del 23/01/22.
- “La situación de la DC podríamos catalogarla con suavidad como crítica; con un realismo crudo, como una fase terminal. Así lo dicen las cifras electorales declinantes persistentes”.
- “Esta incapacidad de los grupos internos individuos para aceptar esa dolorosa realidad y aceptar su deterioro, es la puerta de entrada para su colapso final. De otra manera no se entiende el escenario de competencia para hacerse de la nueva directiva”.
- Para Huenchumilla se debía “hacer un alto en el camino y preguntarse qué hacer”, pues “de las elecciones no saldrá una unidad de propósitos; más bien me temo que el fraccionalismo se incrementará, y las oposiciones internas florecerán”.
- “Debemos reconstruir un nuevo relato, con nuevas ideas. Si no lo hacemos, entonces la nueva directiva tendrá un poder formal sin autoridad, y le tocará recorrer cada una de las piezas del viejo edificio para apagar sus luces una a una, hasta terminar cerrando la puerta. No lo quiero, pero lo temo”.
El riesgo de ser “actores de reparto” ante Boric: Mientras en la elección estarán en disputa 2 tesis distintas sobre el rol de la DC ante el futuro gobierno (Delpín ha abogado por no ser oposición y tener un diálogo permanente con Boric, mientras la lista de Pérez se inclina por ser oposición y tomar una postura más distante), Huenchumilla apunta a que el peso que pueda tener la DC ante Boric será mínimo si además de su baja electoral, se fracciona en facciones.
- “¿Cómo enfrentar así, con un mínimo de poder, los desafiantes escenarios que se abren con una fuerza nueva gubernamental que aspira a realizar los cambios que el país ha demandado? ¿Qué papel jugaremos?”, se pregunta.
- “Deberemos superar nuestros errores, partiendo por dejar de lado la lucha por el poder sin sentido, que nos puede convertir en actores de reparto de lo intrascendente”, contesta el senador por La Araucanía.
- Cercano al ala progresista DC, plantea que de todos modos el partido debe “apoyar los cambios que el país demandó” con la elección de Boric, porque “aquellos cambios también son los nuestros”, producto del apoyo en segunda vuelta.
- “No podemos ser oposición. Pero esto no significa entrar a formar parte de la coalición de gobierno: nadie nos ha invitado a sumarnos, ni menos corresponde autoinvitarnos a una casa que no es la nuestra. Lo que corresponde es apoyar al nuevo gobierno desde nuestra independencia, incluso con la participación de cuadros calificados, a título personal, que el gobierno requiera para su trabajo”.
- Eso sí, apunta que “la forma y la manera de relacionarnos dependerá fundamentalmente de la gestión política del gobierno y del comportamiento abierto, dialogante y sin sectarismos de los partidos de la coalición que le darán sustento”.
Rol de la futura directiva DC: Pese a su pesimista diagnóstico, Huenchumilla esboza lineamientos para los destinos de su partido, ante el riesgo de quedar aislado de sus socios históricos PS-PPD.
- “Este escenario nos abre una oportunidad única para reencontrarnos con nosotros mismos, en orden a reconstruir el partido con identidad, porque está claro que con nuestros compañeros de ruta de la izquierda -que formaron un nuevo referente sin nuestra participación- no nos hemos mimetizado, y no somos lo mismo. Tenemos una amplia franja que nos espera”.
- Sobre la nueva directiva, plantea: “Para enfrentar la caída final, habría que bajar las banderas propias y los cuchillos largos y tener un solo consenso: Salvemos al partido”, lo que a su juicio puede significar “desde una reorganización hasta una refundación” de la DC.
- Ello requerirá, a su juicio, “recomponer un mínimo de convivencia, para asumir el necesario aggiornamento no sólo estructural, sino también la puesta al día de la visión DC”.