El viernes 20 de enero la Municipalidad de Santiago subió a sus redes sociales una historia con el encabezado “Gran noticia para la salud en la comuna”.
“Hoy firmamos la escritura de compra del inmueble de la ex clínica Sierra Bella, que próximamente se convertirá en la primera clínica municipal del país”, consignó el texto, donde aparecía la alcaldesa Irací Hassler (PC) junto al notario Félix Jara Cadot, intercambiando papeles en un escritorio.
Esa jornada la alcaldesa había obtenido el visto bueno del concejo municipal para cerrar la compra del inmueble pagando más de $8.200 millones, con el valor de la Unidad de Fomento (UF) al día de la firma de la escritura de compraventa.
La votación del concejo había tenido el voto en contra de la concejal Rosario Carvajal (que corrió como independiente en la lista Dignidad Ahora) y las abstenciones de los concejales de Chile Vamos Juan Mena y Santiago Mekis.
Carvajal hizo la semana pasada una presentación en Contraloría pidiendo investigar eventuales irregularidades administrativas en el proceso. El lunes Mena y Mekis presentaron otra más —junto con una exconcejal DC y a otra de la UDI— acusando “un perjuicio patrimonial enorme”.
“La comuna de Santiago tiene que conocer los verdaderos hechos que llevaron a comprar un inmueble a $8.200 millones y fracción, cuando el mismo estuvo publicado a $3.347 en (el) Portal Terreno y, más aún, cuando el vendedor de los inmuebles adquirió a un precio de $2.200 millones a la Sociedad Médica y Maternidad Sierra Bella, siendo las tasaciones al inmueble del todo dudosas”, consignó el último escrito.
Ambas presentaciones a Contraloría se sumaron a la inicial, interpuesta el 18 de enero por el abogado Diego Berríos de la sociedad Las Malvas, que también ofreció un inmueble a la municipalidad.
“Si hay cualquier elemento que hay que seguir aclarando, vamos a contribuir a ello sin duda, entregando los antecedentes en este caso a la Contraloría para poder avanzar en fortalecer el patrimonio de Santiago, la salud pública de nuestra comuna, con un procedimiento que ha sido (hecho) cumpliendo con todos los aspectos necesarios”, dijo Hassler en el concejo del 25 de enero.
A las presentaciones en Contraloría, se sumó esta semana un impasse con el Conservador de Bienes Raíces de Santiago, detallaron fuentes conocedoras del proceso.
La entidad rechazó la escritura del inmueble, por 2 motivos: un vicio formal de nulidad porque la escritura no tenía la cédula de la alcaldesa. Y un eventual vicio de lesión enorme por la diferencia entre el avalúo fiscal —de $1.940 millones— y el precio de venta, que superó los $8.200 millones.
Consultada por Ex-Ante, la municipalidad respondió que entregarán este martes la documentación necesaria para subsanar el impasse y que esperan que éste quede resuelto esta semana.
Para subsanar el vicio de nulidad formal presentarán la cédula de Hassler, lo que puede derivar en 2 alternativas: que la escritura completa se haga de nuevo, opción por la que se inclinarían en el conservador, o que se haga una escritura complementaria y aclaratoria, alternativa por la que estarían en la notaría Jara Cadot.
Para subsanar el segundo elemento, la municipalidad presentará las 3 tasaciones encargadas por la municipalidad para justificar la compra por más de $8.200 millones.
Otra duda que ha surgido en el proceso es si la escritura pagaría o no IVA.
Este medio solicitó un comentario al abogado Felipe Sánchez, representante de la sociedad San Valentino que vendió el inmueble a la municipalidad, sin obtener respuesta.