Plazos. La canciller Antonia Urrejola envió semanas antes del Plebiscito los primeros documentos oficiales para solicitarles a los países signatarios del TPP11 que excluyan a Chile del mecanismo de solución de disputas entre inversionistas extranjeros y Estado.
- Según información obtenida por Ex-Ante, la ministra envió el 19 de agosto una carta a los ministros encargados de comercio de los países del bloque. Según quienes conocen las misivas, en ellas Urrejola expone el interés por estrechar los vínculos económicos y comerciales bilaterales. Incluso elogia la contribución que el pacto tiene desde el punto de vista de la integración económica en el Asia Pacífico, materia sobre la cual la ministra ha sido incapaz de repetir en público ante el Senado o en entrevistas de prensa cuando se le consulta sobre los beneficios del TPP11.
- En su mensaje a sus pares, la canciller menciona las repercusiones que el debate por el TPP11 tiene en Chile. Con todo, transmite que es crítico llegar a un acuerdo con los países signatarios para excluir el mecanismo de solución de disputas entre inversionistas foráneos y Estado (sección B del capítulo 9), como una forma de contribuir a la aprobación parlamentaria en Chile.
Estrategia. Con ese paso la autoridad dio curso a la llamada estrategia de side letters, con la que se buscaba reducir el costo político del Gobierno por tener que eventualmente ratificar el Tratado Transpacífico criticado por la izquierda en el Parlamento.
- La canciller Urrejola y el jefe de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei), José Miguel Ahumada, informaron al resto del Comité Político sobre esa estrategia el 12 de septiembre; es decir, con posterioridad al Plebiscito.
Opacidad. El mismo 12 de septiembre, la canciller dijo: “Lo que vamos a empezar a trabajar ahora es con los distintos actores involucrados; esto implica, sin lugar a dudas, los parlamentarios, los partidos de la coalición, como también los distintos stakeholders, como son los empresarios y las organizaciones de la sociedad civil. Queremos tener un diálogo para poder llegar a un consenso y trabajar como lo hicimos con el Acuerdo de Escazú”.
- Sin embargo, Cancillería nunca realizó una convocatoria a esos diálogos, confirman fuentes gremiales.
- El secretismo con que Cancillería y la Subrei maneja las side letters tiene una doble crítica por parte de especialistas e incluso diplomáticos. Por un lado, va contra lo que las actuales autoridades cuestionaban cuando eran oposición: que faltaba transparencia en el manejo de las relaciones económicas internacionales. Por otro, que dada la sensibilidad gatillada por este tema, el Ejecutivo debería transparentar lo que David Gallagher calificó como “cartas misteriosas”.
- Ex-Ante solicitó a Cancillería aclaraciones sobre diversos puntos mencionados en este artículo. Hasta el cierre de esta edición, no había respuesta.
Cómo son. Ya existe una treintena de side letters negociadas por Chile y otros países al alero del TPP11. Por ejemplo, en protección intelectual o en denominación de origen del pisco.
- Una side letter consiste en mensajes casi idénticos entre los ministros encargados de cada país. La solicitud y su réplica con los términos del acuerdo suelen estar fechados en el mismo día, y en los idiomas que correspondan.
- Es decir, lo que hacen los gobiernos es trabajar en bambalinas en los detalles, y enviar la side letter definitiva cuando hay acuerdo entre las partes. El Presidente Gabriel Boric dijo que Chile ya cuenta con las side letters aprobadas con México y Nueva Zelandia, por lo que esas ya podrían ser públicas su así lo decidiera el Gobierno.
El modelo. Nueva Zelandia estableció en 2018 el modelo de side letter para la exclusión de la sección B del capítulo 9 del TPP11, lo mismo que ahora persigue el Gobierno de Boric. Curiosamente, en 2018 Michelle Bachelet le dijo que no a Jacinda Ardern. Dado que Ardern es aún la primera ministra neozelandesa, fue de las primeras en aceptar la contrapropuesta de Boric.
- El contenido de las side letters cambia, dependiendo de si entre ambos países existe un acuerdo bilateral de inversión o un capítulo de inversión en su TLC previo. Por ahora se ignora si, a cambio de esta solicitud, los otros signatarios puedan demandando una ventaja adicional a Chile.
Caso 1: se aplica tratado bilateral
Entre Auckland y Canberra hubo varios elementos introducidos en su side letter, pero en cuanto a la resolución de disputas inversionista-Estado (ISDS, en inglés) todo queda vigente según el TLC que ambos países negociaron previamente con el bloque de Asean. Es la situación que ocurriría si Australia aceptara la propuesta chilena: no se aplicaría el TPP11, pero sí el TLC Chile-Australia que es casi idéntico en materia de ISDS.
Caso 2: solución amistosa
La fórmula de Nueva Zelandia con Vietnam, Malasia y Brunéi es la siguiente: si existiese una disputa, primero habrá una etapa de solución “amistosa” que incluye incluso una consulta no vinculante con una tercera parte mediadora. Pasados seis meses desde iniciada la consulta por escrito aún no hay acuerdo, podrían recurrir al capítulo 9.B solo si el Estado receptor de la inversión así lo consiente.
Caso 3: no se aplica nada
Auckland y Lima acordaron que ningún inversionista neozelandés ni peruano podrá demandar al Estado de la contraparte en virtud del capítulo 9, sección B. No se indica nada que lo reemplace.
Doble problema. El TPP11 se transformó en uno de los mayores conflictos políticos entre las coaliciones oficialistas, y al mismo tiempo podría detonar una colisión Ejecutivo-Legislativo.
- El conflicto oficialista se debe a que mientras los actuales partidos de Apruebo Dignidad votaron en contra del tratado en la Cámara de Diputados en 2019, una mayoría del Socialismo Democrático lo aprobó en el Senado en 2022.
- Gabriel Boric como diputado lo rechazó hace tres años, no lo incluyó como parte de su programa presidencial en 2021 y su subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, José Miguel Ahumada, ha sido un tenaz opositor al diseño de ese pacto y de los TLC de Chile pensando en una nueva fase exportadora.
- Pero tras la aprobación del CPTPP (su sigla oficial en inglés, por Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico o TIPAT) en el Senado, La Moneda decidió congelar su ratificación hasta no terminar con la denominada estrategia de side letters. Corresponde a una idea de Ahumada: mediante esas cartas bilaterales, se busca que los otros 10 países del TPP11 –uno por uno– excluyan a Chile del mecanismo de solución de controversias inversionistas-Estado.
- Para Ahumada –y por ende, para el Presidente–, ese sistema da demasiado poder a “las trasnacionales”. En su lógica, debido a ese mecanismo los países dejan de empujar políticas públicas, como la política industrial que propone este Gobierno, por temor a ser demandados. Especialistas mundiales, como el chileno Alejandro Jara, dicen que “no es verdad” que exista ese vínculo.