Este lunes una alta delegación de autoridades chinas participó en el seminario “La iniciativa para el Desarrollo Global: Nuevo horizonte para la cooperación China-Chile”, que organizó la Fundación Chile 21. Unos estuvieron presentes, como el embajador de ese país en Chile, Niu Qingbao, un diplomático de carrera que ha ocupado altos cargos del PC chino. Otros participaron en forma telemática, muy entrada la noche en el gigante asiático, como los decanos de la Facultad de Economía y Gestión de la Universidad Agrícola en Pekín, Shenggen Fan, y de la Facultad de Economía y Gestión de la Universidad de Tsinghua, Bai Chong-En.

Si bien el diálogo se circunscribió en la implementación de la agenda 2030 para el desarrollo sostenible, una frase del embajador Qingbao llamó profundamente la atención a los invitados, entre quienes estaban los ministros Maisa Rojas y Esteban Valenzuela, además de los ex embajadores Marta Maurás y Fernando Reyes Matta y el presidente de la Fundación Chile y cofundador de NotCo, Pablo Zamora, entre otros.

De acuerdo a los presentes, el diplomático habló de la importancia de que exista una legislación y una política “transparente” y “no discriminatoria” para atraer un número mayor de empresas chinas a Chile.

Qingbao se había reunido en noviembre del año pasado con el ex canciller Andrés Allamand en medio de la controversia generada con ese país a raíz del anuncio del Registro Civil de dejar sin efecto la licitación de los pasaportes para evitar que EEUU sacara a Chile del programa Visa Waiver. La probable salida de Chile del programa si se mantenía el contrato con la compañía Aisino había sido advertida por la Subsecretaría de Relaciones Exteriores, lo que incomodó a Beijing.

Además, para pocos de los presentes era un misterio que una de las mayores molestias atribuidas a China habría sido la decisión de Chile –y de otros países de la región– de optar por un cable submarino por Australia para conectar Sudamérica con Asia, además de las objeciones de la actual administración al proceso de licitación para explotar 160 mil toneladas de litio en Chile, entre las que se encontraban capitales chinos.

El mensaje de Qingbao fue comentario obligado, al punto que el fundador de Chile 21, Carlos Ominami, retomó sus palabras al cierre del seminario.

Ominami dijo compartir los dichos del embajador respecto a la necesidad de que exista una política “transparente” y “no discriminatoria” para atraer más empresas chinas al país, lo que tampoco pasó inadvertido entre los asistentes.

En junio, el debut internacional de Boric en la Cumbre de las Américas -en California- estuvo marcado por un momento en que EEUU ya no tiene el mismo poder que hace 30 años, cuando se realizó la primera cumbre de las Américas en Miami, y enfrenta una fuerte competencia de China por la influencia en el continente. Y, hasta ahora, Chile no ha designado un embajador en China, pese a que es el socio comercial más importante del país.

En el seminario, las autoridades chinas hablaron del riesgo de un colapso del sistema alimentario mundial, a partir de las guerras, el Covid y el cambio climático, lo que abrió un debate respecto de las contribuciones de Chile al respecto.

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