Francisco Javier Solar Domínguez, 42, nació en 1979, en Santiago. Es hijo del ingeniero Francisco Javier Solar Rosende y de Constanza Domínguez Garretón. Es el mayor de 4 hermanos. Pasó parte de su infancia en el sur, por el trabajo de su padre. Al volver a Santiago lo inscribieron en los Sagrados Corazones de Manquehue. Un artículo de 2013 de la revista Qué Pasa relató que “era fanático de la UC y fue campeón de tenis a los 15 años”. A los 17 años se habría declarado punk y antisistema.

Entró a estudiar antropología en la Universidad de Humanismo Cristiano, donde conocería a algunos de los futuros imputados por el denominado Caso Bombas 1.

La mañana del 14 de agosto de 2010 fue detenido en Valparaíso, en un allanamiento realizado a distintas viviendas en la Ciudad Puerto y Santiago. En total fueron aprehendidas 14 personas ese día. La fiscalía lo imputó por instalación de bombas y asociación ilícita y lo enviaron a prisión preventiva, donde permaneció 9 meses.

De acuerdo con la fiscalía, perpetró 3 atentados: el 18 de enero de 2006 instaló una bomba artesanal en las inmediaciones de la Agencia Nacional de Inteligencia, que hirió a un empleado municipal en el tórax y el pabellón auricular izquierdo. El 21 de diciembre de 2006 instaló un artefacto explosivo en las oficinas del Consejo de Defensa del Estado, el que fue desactivado por el Grupo de Operaciones Policiales Especiales (Gope) de Carabineros. El 16 de octubre de 2007 instaló otro artefacto en una sucursal de Chilectra en La Cisterna, que reventó vidrios, dañó la fachada y parte del interior del local.

Fue absuelto el 13 de julio de 2012 por el Tribunal de Juicio Oral en Lo Penal de Santiago, junto a otros 5 acusados en el caso, lo que sería refrendado por la Corte Suprema, pese a las acusaciones que existían en su contra. El Ministerio del Interior, encabezado entonces por Rodrigo Hinzpeter, fue querellante en el caso.
Durante el juicio inició una relación sentimental con Mónica Caballero, imputada por instalar una bomba en la Iglesia Los Sacramentinos y quien también fue absuelta en la causa. Uno de los abogados de Francisco Solar en el caso fue Mauricio Daza, hoy convencional constituyente independiente.

En 2012 partió junto a Mónica Caballero a España, país donde serían apresado meses después. Fueron detenidos el 13 de noviembre de 2013, acusados de poner un artefacto explosivo en la Basílica de Zaragoza, que estalló el 12 de octubre de ese año, perforándole el tímpano a una mujer. El artefacto era un cilindro de butano, con 2 kilos de pólvora y un reloj activador, dejado en la nave central. La policía exhibió imágenes de ambos en el templo. Antes del estallido, un centro de estética recibió un llamado alertando de la instalación de la bomba, pero quien contestó no lo creyó.

Solar estuvo en la cárcel de Navalcareno, cerca de Madrid; en la de Córdova, en Andalucía, y luego en la de Villabona, en Asturias. Agrupaciones anarquistas ensalzaron a la pareja y reivindicaron sus nombres tras bombazos detonados en Brasil, Grecia, Italia, Alemania, España y Chile.

El 31 de marzo de 2016 fueron condenados 12 años de cárcel, por los delitos de lesiones y daños terroristas. Tras un año de prisión luego de la sentencia y 4 en total, conmutaron el resto de la condena a cambio de la expulsión del territorio español. Volvieron a Chile el 7 de marzo del 2017.

Una vez en Chile, Francisco Solar vivió un tiempo fuera de Santiago. En 2018 formó una editorial con otro absuelto del caso Bombas.

El 25 de julio de 2019, llegó a las oficinas de Quiñenco, en Las Condes, una encomienda destinada al abogado Rodrigo Hinzpeter, que llegó hasta su escritorio. El Gope evacuó el edificio antes que estallara el artefacto. Con el mismo remitente había sido enviado un paquete a la 54° Comisaría de Carabineros de Huechuraba, que detonó, hiriendo a 8 carabineros y generando una alerta general. Tres días después, Solar partió a Montevideo, Uruguay, donde habría visitado a amigos y participado de manifestaciones. Al volver fue a su casa en Quinta Normal.

El 24 de julio de 2020 fueron detenidos Francisco Solar y su ex pareja Mónica Caballero. La fiscalía lo imputó como quien, el 24 de julio de 2019, fue a una oficina de Correos y envió los paquetes bomba a Hinzpeter y la Comisaría. Ambos fueron formalizados por enviar 2 artefactos explosivos al edificio Tánica de Vitacura, en febrero de 2020. La fiscalía mostró videos con ellos disfrazados y manifestó que actuaron coordinadamente en los ataques.

Tras más de un año en prisión preventiva, Francisco Solar declaró recientemente en la causa. De acuerdo con el testimonio difundido por La Tercera, al retomar las actividades anarquistas en 2018, “me puse a pensar en algún objetivo, teniendo claro que, si iba a asumir un riesgo grande, la acción a realizar debía ser potente”.
“Fui a ver al edificio Itaú a ver su flujo de gente, la gente que entraba, que salía; intenté ingresar al piso 14, donde estaban las oficinas del Grupo Quiñenco y no pude por los férreos controles existentes en la entrada (…), por lo que pensé que lo mejor sería enviar una encomienda explosiva dirigida a la oficina de Rodrigo Hinzpeter, para asegurarme que él fuera quien abriera el paquete”, declaró, consignó el medio.

También entregó pistas sobre su rol en el 18-O. “Al inicio de la revuelta yo fui parte de las distintas movilizaciones que se vivían día a día”, dijo.

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