“El juguete”. “Este es de los juguetes que me gustan a mí”, decía uno de los mensajes de Whatsapp que Andrés Sutar Araya envió el 16 de marzo de 2022 a su polola, Javiera Jiménez, junto a un video.
- El “juguete” era una moderna escopeta de repetición calibre 12, que sostenía en una mano, probablemente marca Taurus o Radika. En otra de las imágenes se ve a quien era su mejor amigo, Jonathan Olave, junto a una pizarra llena de anotaciones, las que, a juicio de Carabineros, son la evidencia de cómo iban a cometer un asalto en medio del desierto chileno, al más puro estilo de los bandoleros del oeste norteamericano que atracaban diligencias a mediados del siglo XIX.
- Sin embargo, el año era 2022 y el objetivo no era un carromato custodiado por detectives de la agencia Pinkerton, sino el Ferrocarril Antofagasta Bolivia (FCAB), que se empina por la pampa nortina llevando millones de dólares en cobre en cada viaje.
- En un país que produce 5,6 millones de toneladas métricas de cobre al año, los robos de este metal parecen marginales, pero si consideramos que Chile exportó US$53.424 millones en 2021, una merma o pérdida que llegue apenas al 1% involucra unos US$530 millones.
- Al tradicional robo hormiga de cables que afecta a todo el país se ha sumado en los últimos años una nueva modalidad: asaltos cometidos en contra de trenes y camiones que transportan cobre, perpetrados con mucha planificación agresividad y audacia, y cuyo modus operandi se parece mucho al de los grupos organizados, como los narcos y los que roban madera en el sur.
- Solo el Ferrocarril Antofagasta Bolivia (FCAB) sufrió 36 asaltos de este tipo en 2020. En 2021 fueron 28 y en 2022 el registro indica un total de 39 hechos de este tipo, cuatro de ellos calificados de “extrema violencia”.
- Detrás de estas organizaciones criminales hay mucha más violencia, incluyendo desapariciones, intentos de homicidios y secuestros.
El asalto al tren 1712. Un caso ilustrativo es el asalto que sufrió el tren 1712 el 21 de mayo del año pasado, cerca del camino a Minera Escondida. Los hechos comenzaron a 20 kilómetros de ese lugar, en la estación Llanos, cuando un grupo de sujetos en una camioneta Toyota de color rojo, vestidos como paramilitares y armados, trataron de secuestrar a dos inspectores de vías, con el fin de evitar que avisaran al tren de la presencia de sospechosos.
- Como las víctimas escaparon, las persiguieron, impactando con disparos el vehículo en que huían, que terminó volcado. Los delincuentes los golpearon, les robaron y luego los maniataron. A uno lo dejaron en el lugar, pero el segundo fue plagiado.
- Con una capucha en la cabeza, lo subieron a la Toyota y se dirigieron hasta Lata. En el trayecto lo interrogaron acerca de la empresa para la cual trabajaba, sus propietarios y número de vehículos. Además, se jactaron de que antes habían asaltado el tren en el sector Coviefi (a la entrada de Antofagasta) y en Mejillones.
- Poco antes de las 16 horas, la Toyota (con el trabajador adentro) llegó a Lata, donde había otras dos camionetas rojas y un camión con una grúa pluma, de color blanco. Todos eran parte de la banda encabezada por Jonathan Olave, cuyos integrantes sabían que el tren debía detenerse en ese lugar para cambiar de tripulación y que los cuatro operadores que debían subir llegarían en un móvil de la empresa Transvip. Redujeron y maniataron a los trabajadores ferroviarios, pero el chofer del furgón intentó escapar.
- Lo alcanzaron, lo golpearon y lo amarraron. Con un arma en la cabeza, obligaron a uno de los operadores a informar al tren -por radio- que todo estaba normal y ante ello el convoy 1712 se detuvo, como siempre. Los asaltantes redujeron a la tripulación y rápidamente situaron el camión pluma al costado del tren.
El modus operandi
Imágenes impactantes. En los videos a los que Ex-Ante pudo acceder se ve a un sujeto vestido como militar, con chaleco antibalas, parado encima de los cátodos de cobre que lleva el tren y da las instrucciones para robar las planchas y trasladarlas hacia el camión pluma. Según las investigaciones del OS-9 de Carabineros es Jonathan Olave. Trabajando en el camión se aprecia a otros tres delincuentes caracterizados también como militares, con trajes de camuflaje desértico.
- También es posible ver a otros cuatro sujetos ataviados como militares cargando la Toyota. Solo este robo significó, de acuerdo con la querella presentada por FCAB, una pérdida de 100 millones de pesos.
- Algo semejante había ocurrido el 14 de abril en el sector de Coviefi, casi en el radio urbano de Antofagasta, donde sujetos vestidos como militares que se movilizaban en una Ford-F150 y una Toyota, con baliza (como si fueran policías civiles) esperaban el tren. Sin embargo, este no se detuvo. Alguien avisó de la presencia de los desconocidos, por lo cual llegó al lugar una camioneta con inspectores de vías, a los cuales los asaltantes apuntaron con sus armas, fingiendo ser de la PDI.
- Los inspectores alcanzaron a huir y alertaron por radio a otros equipos de seguridad. Los ocupantes de uno de ellos se cruzaron con los ladrones, quienes “los encañonaron, les sustrajeron el equipo radial y la frecuencia que utilizaban y además efectuaron disparos a otra camioneta de los inspectores, que acudió a prestar ayuda”, precisa una de las querellas presentadas por el FCAB.
- El asalto de Mejillones, en tanto, ocurrió el 22 de abril, cuando un tren fue objeto de un atraco similar, momento en que intervino un equipo de seguridad, cuyos integrantes fueron recibidos a balazos, luego de lo cual los redujeron, los maniataron y les robaron sus pertenencias, diciéndoles: “dejen de andar creyéndose pacos”. A uno de ellos, además, le robaron su chaleco antibalas y percutaron un disparo en contra de dicho equipo de protección, con el fin de amedrentarlos.
Ataques a mineras. En unidades policiales de todo el Norte Grande, pero especialmente de la Región de Antofagasta, existen numerosas denuncias no solo por asaltos a trenes y por el clásico robo de cables de cobre, sino también por ataques cometidos por comandos de estilo paramilitar en contra de camiones y faenas, como el que afectó a la minera Las Cenizas (ubicada cerca de Taltal) el 20 de julio de 2022, la cual fue atacada de madrugada por 12 sujetos vestidos de negro, que se movilizaban en cuatro camionetas rojas.
- Estos golpearon y maniataron a un guardia de seguridad para luego cargar las camionetas con cátodos. Igual que en el asalto del tren en la estación Lata, secuestraron a un guardia, al cual liberaron a 300 metros del perímetro exterior de la empresa.
- Veintiún días más tarde le tocó a la Minera Guanaco, también en Taltal, aunque esta vez el objetivo era metal doré, una aleación de oro y plata. De nuevo eran cuatro camionetas, cuyos ocupantes atacaron a dos trabajadores. En su retirada esparcieron “miguelitos” en la calzada, los que pincharon los neumáticos de la primera patrulla de Carabineros que pudo llegar al lugar, dejándola inutilizada.
- El asunto se estaba tornando tan grave que los últimos asaltos al tren, ocurridos a inicios de octubre, colmaron la paciencia de los ejecutivos del FCAB, lo que los llevó a paralizar sus operaciones, medida tomada a horas de lo que sería la primera visita del Presidente Gabriel Boric a la zona, a partir del 12 de octubre.
- Un día antes de la llegada del primer mandatario, el OS9 desbarataba una de las bandas de asaltantes, liderada por Rigoberto Valderrama y el 28 de de octubre el mismo equipo policial, reforzado por el GOPE y otras unidades, detenía en Antofagasta y Calama a algunos de los miembros del grupo que encabezaba Jonathan Olave.
- Cuando llegaron al domicilio de este pensaban que se iban a enfrentar a una fuerte resistencia, pero fue todo lo contrario: Olave estaba parapléjico. No podía moverse desde el cuello hacia abajo producto de un disparo que habría recibido de parte de su ex socio de correrías, Andrés Sutar, pues Olave supuestamente habría mantenido una relación paralela con su pareja, Javiera Jiménez, de acuerdo con fuentes policiales.
- Esa jornada, además de Olave, los carabineros detuvieron a otros tres miembros del grupo, los cuales fueron formalizados ante el Juzgado de Garantía de Antofagasta. El 15 de diciembre, un quinto imputado sufrió la misma suerte.
- Sin embargo, de Sutar no hay rastros, como tampoco los hay de su polola, de solo 23 años. De hecho, fue la desaparición de ella lo que aceleró la caída del grupo.
Un Whatsapp explosivo. En agosto del año pasado, el OS9 ya poseía una serie de antecedentes sobre Olave y Sutar, a quienes habían identificado a raíz del asalto cometido en contra de un camión con cátodos en un servicentro de Antofagasta, pero la investigación se aceleró a partir del 26 de agosto, cuando se le perdió el rastro a Javiera Jiménez, quien llevaba seis meses pololeando con Sutar, según explica la madre de la joven, Emilia Galleguillos.
“Guagüita te amo mucho, me acabo de chorear un camión, te amo, te amo, te amo, te amo”.
- Muchos de los chats, donde Javiera es identificada como “Amor”, contienen imágenes o videos tomados en “el búnker”, una bodega ubicada en la esquina de calles Merced y Juan Bravo, en el populoso nororiente de Antofagasta, donde se ve a los miembros de la banda ataviados con botas y vestimentas semejantes a los apreciados en el asalto al tren en la estación Lata, o donde se los aprecia manipulando la escopeta que se menciona al inicio.
- En uno de los intercambios de mensajes, correspondiente al 22 de abril, Sutar adjunta la foto de un chaleco antibalas que presenta un impacto balístico, con el mensaje “casi muero”, ante lo cual ella le pregunta qué le pasó y le aconseja: “con más cuidado pues”. Sin embargo, era una simple jactancia, pues se trata del chaleco que le robaron a un inspector de vías en el asalto de Mejillones, el 22 de abril, al cual el mismo grupo disparó, como se explicaba al inicio.
- El 5 de Mayo Sutar se quejaba de que “estaban los milicos de mierda en nuestro territorio”, adjuntando una imagen donde, al fondo, se aprecia una pizarra con una especie de plano y varios conceptos: “GUARDIA”, “COBRE”, “ESCOND”, “PLANIFICA”, “CAMBIO (OPERADOR) (SIC)”, indicativos para los investigadores de la forma en que planificaban un asalto.
- El 10 de mayo, él le enviaba un video tomado afuera de “El búnker” en el cual se aprecia un Austin Mini que es propiedad de la joven desaparecida. Por cierto, ella además posee otro auto, un Chevrolet Onix, y ambos fueron vistos por Carabineros siendo usados por la banda, aunque se desconoce si ella estaba en conocimiento de eso. Luego de la desaparición de Javiera, el Chevrolet fue encontrado con signos de haber sido chocado.
- También hay imágenes en otros lugares. En uno de los chats, del 08 de mayo, ella le preguntaba a Sutar dónde estaba y él respondía: “Trabajando amor”. Para que le creyera adjuntaba un video, donde se le ve en pleno desierto junto a los demás, así como una foto tomada al interior de la camioneta, donde está al volante, vestido como militar, con chaleco antibalas y dos radios colgadas en el pecho, junto a otros sujetos ataviados del mismo modo.
- El 21 de mayo, a las 17.55 (es decir, casi dos horas después del asalto al tren en Lata) Sutar envió un video a su pareja diciéndole “amor, ya llegué”, para luego invitarla a “El búnker”.
- El 31 de Julio, sin embargo, le despachó un mensaje mucho más categórico, aparentemente emitido en medio de la excitación que le provocaban los robos: “Guagüita te amo mucho, me acabo de chorear un camión, te amo, te amo, te amo, te amo”.
- Nadie sabe aún cuánto dinero obtuvieron Olave, Sutar y los demás miembros del grupo, pero una idea de ello la da una de las fotos, en la cual muestran un bolso lleno de fajos de billetes. Ex-Ante se comunicó con la abogada Johana Godoy, que representa tanto a la madre de Javiera como a Jonathan Olave, pero la profesional declinó referirse al caso.