Aparte de los rayados y los bancos y negocios tapados de protecciones metálicas, han aumentado las carpas improvisadas donde viven chilenos y extranjeros. En parques y plazas. Algunos arman “rucas”, como les llaman a espacios más organizados, con maderas y techos de nylon, sin dejar de ser piezas improvisadas.
La alcaldesa de Providencia Evelyn Matthei dice que ha ido bajando el número de carpas. Pero aún hay muchas. “El aumento de las personas en situación de calle es una problemática nacional, ante la cual los municipios tenemos atribuciones bastante limitadas. En Providencia hemos ido desarrollando un modelo que nos ha permitido reducir considerablemente las cifras, trabajando con las personas que se encuentran en esta situación, pero no ha sido fácil y la pandemia y el estallido aumentaron en diversos sectores de la región las personas que viven en la calle”, dice.
- ¿Cuál es su fórmula?: “Nosotros hemos trabajado articulando las redes y programas existentes, a nivel local y regional, así como fortalecer el trabajo en la materia con Carabineros, fundaciones y ONG’s. Providencia cuenta con un equipo multidisciplinario con dedicación exclusiva a personas en situación de calle, lo que nos permite tener un catastro actualizado, conocer a las personas y saber dónde están”.
- El diagnóstico: “Analizamos cuáles son las derivaciones necesarias. Luego lo llevamos a cabo con un proceso de intervención social individual. Esto nos permite saber el grado de adaptación al entorno de cada persona para salir de su situación de vulnerabilidad, considerando siempre las redes existentes. Esta labor es de largo aliento y puede demorar meses, sin embargo, ha permitido ir reduciendo la problemática en distintos barrios y en otros evitar que aumente”.
Santiago. La alcaldesa de Santiago, Irací Hassler, envió la siguiente respuesta: “Para el Municipio de Santiago, el aumento sostenido de Personas en Situación de Calle (PSC), constituye una gran preocupación, la que hemos enfrentado con diversas acciones”.
- “En primer lugar, realizamos un catastro donde identificamos a 1.501 personas que pernoctan y/o permanecen en la vía pública, y accedieron a entregar sus antecedentes. Actualmente, tenemos funcionando la Residencia Portugal, que brinda alojamiento, servicios básicos, alimentación e higiene, y acompañamiento en el proceso de reinserción laboral, además de ser un espacio donde se potencia la convivencia e inclusión”.
- “A estas acciones, se suman las desarrolladas por el MDS (Ministerio de Desarrollo Social), tales como, Albergues Calle Protege, Código Azul, Ruta Social y Medica, dispositivos que sólo se aplican en período invernal, ocasionando el aumento de PSC durante el resto del año. Debido a ello, nuestro Municipio ofició al MDS, evidenciando la necesidad urgente de evaluar la asignación de mayores recursos para ampliar el número de dispositivos y extender los períodos de funcionamiento durante todo el año”.
- “Como Municipio, estamos muy contentos porque el Concejo Municipal aprobó para el año 2023 el presupuesto para la implementación de un Albergue Municipal, espacio que nos permitirá brindar atención y ayuda a las Personas en situación de Calle que lo requieran”.
El antecesor de Hassler. El ex alcalde de Santago, Felipe Alessandri, dice: “Durante mi administración constantemente los estábamos sacando (a los indigentes para llevarlos a refugios) y concejalas actuales, como Rosario Carvajal, la misma señorita Hassler (actual alcaldesa de Santiago), nos atacaban e incluso nos llevaban al Instituto Nacional de Derechos Humanos”.
- “Nosotros lo que buscábamos era darle dignidad a esa gente, llevándolos a albergues que teníamos convenios con distintas corporaciones. Abrimos un albergue permanente de día en la calle Club Hípico. Teníamos albergues funcionando asociados con distintas fundaciones en el barrio Yungay, otro en pleno sector de de Lastarria. Aquí ha habido un dejar hacer, una visión de ciudad distinta que claramente atenta con la invitación que queremos hacer a recuperar Santiago”.
- Alessandri insiste: “Se hacían operativos permanente con nuestra área social. Una mano acogedora, que buscaba que ellos voluntariamente salieran de la calle para llevarlos a los albergues acompañados por funcionarios de aseo, porque muchos de ellos tienen una cantidad de cosas acumulada impresionante y los llevábamos a los distintos albergues. Pero ahí venían los ataques constantes que atentábamos contra los derechos humanos de estas personas”.
Un asunto personal. Matthei reconoce que hay un problema de acostumbramiento, de opción individual. “Somos conscientes que existe un número de personas a las que no les interesa participar de estas intervenciones, o que no tienen la intención de salir de la situación de calle. Ante eso, los municipios no tenemos herramientas y existen exigencias de los vecinos, pero no está en nuestras manos, por norma”.
- “Por eso es importante que este trabajo se lleve a cabo a nivel regional de manera sistemática, con equipos comprometidos y recursos sostenidos en el tiempo. Existía normalmente apoyo del Ministerio de Desarrollo Social, también de la Intendencia, hoy es un trabajo que debiese recaer en la Delegación. Eso, con un cambio de Gobierno no debería desaparecer, son políticas de Estado que se deberían mantener o mejorar”, añade.
La mirada experta. Caroline Iribarne, arquitecta del estudio Atisba, es probablemente una de las personas que más sabe de este tema. “La cifra de 19 mil personas no está actualizada. Organizaciones sociales y una misma intervención de una Subsecretaria de Desarrollo Social en el Congreso hablan de 30.000. De ese número, el 60% son de Santiago. Se ubican en áreas verdes, plaza bandejones, los parques, los costados de los ríos. Nosotros en Atisba hicimos un levantamiento hace cuatro semanas atrás, en el eje Alameda donde hay rucos (espacios hechos con desperdicios para dormir) y carpas, y nosotros estimamos una población sobre 200 personas en ese eje, incluyendo Santa Lucía. Es impresionante cómo están colgados ahí en el cerro, en una situación de vulnerabilidad tremenda”.
Cómo se resuelve el problema. “Nosotros estuvimos estudiando buenas experiencias internacionales. Yo conozco bien el caso francés, pero también se basa en un modelo de intervención que tienen los norteamericanos, que se llama House first. En Francia es un programa sumamente exitoso porque es un programa de vivienda pequeña, adecuada a la realidad de las personas, incluido mascotas, porque hay muchos que tienen un afecto con los animales. El Estado, a través del arriendo, le entrega un lugar a estas personas que están en la calle. Un 80% a nivel internacional, tiene éxito. Se trató de aplicar acá el 2020. Pero obviamente no está siendo efectivo o ese programa se paró”, dice Caroline Iribarne.
- Explica: “La solución es vivienda en arriendo, que debe ser algo muy muy pequeño, una casa compartida. Después viene el albergue, pero es transitorio, una solución barata, rápida, pero que está siempre colapsada. La gente que está en la calle va y ya no queda cupo. Y lo peor es que es una situación que traslada el problema. O sea, no hay mucho apoyo social, por lo tanto la gente termina volviendo a la calle”.
Un problema transversal. El ministro de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes, explica que “las ciudades del mundo enfrentan hoy muchos desafíos comunes. El desarrollo de espacios públicos, transporte sustentable, parques para la recreación y el esparcimiento de las personas, cuya necesidad se incrementó tras la pandemia, son solo alguno de ellos. Pero también existen otros, como atender en forma urgente la realidad de las personas que viven en situación de calle”.
“Este es un problema transversal”, dice Montes. “Una emergencia humanitaria. Nuestro Plan Habitacional incluye la diversificación de las opciones de producción, financiamiento y tenencia, justamente para garantizar el derecho humano a una vivienda adecuada”