En los últimos años se ha ido rompiendo el tabú de la vasectomía, un procedimiento quirúrgico que esteriliza a los hombres a través de la interrupción de los conductos deferentes. Uno de los famosos que ha hablado públicamente sobre el tema es Cristián Sánchez.
Ahora, en conversación con su esposa Diana Bolocco, Sánchez contó algunos detalles sobre el procedimiento al que se sometió hace un par de años.
En el programa que ambos tienen en Radio Pauta, Bolocco le preguntó a Sánchez por su mayor temor a la hora de la vasectomía y el primero respondió en tono de broma: "Que las enfermeras se entusiasmaran", dijo y ella lo regañó por primera vez.
Luego confesó que tenía dudas sobre la potencia sexual. "Uno dice, '¿y si empieza como a fallar?'".
Luego, Sánchez -conocido bromista- se ganó otro reto de Diana porque ella le señaló que él había pensado que "todo se derrumbaría" y él replicó que "esos pensamientos tenían razón".
Justo después de que ella le pidiera que no asustar a a los auditores, Cristián Sánchez dijo que "es bacán desde el momento inicial, desde que el doctor te evalúa y después llegan uno amigos de él y también te evalúan, llegan varios, sacan unas piscolas y te evalúan".
"No digas esa estupidez", enfatizó ella.
¿Qué es la vasectomía?
La vasectomía o también llamada esterilización masculina consiste en un procedimiento quirúrgico electivo y ambulatorio.
Con esta operación se busca obstruir o eliminar un segmento de ambos vasos deferentes, impidiendo así que los espermatozoides se trasladen de los testículos a los conductos eyaculatorios.
La cirugía es mínimamente invasiva, por lo que puede realizarse con anestesia local y en comparación con la ligadura de trompas en el caso de las mujeres, es más simple dado que ésta última requiere anestesia general.
¿Se puede revertir el procedimiento?
Según explica Clínica Las Condes, es posible revertir una vasectomía con una posibilidad del 90% de éxito hasta los 10 años después de operarse.
La reversión se realiza mediante microcirugía, en la que los especialistas unen nuevamente, bajo el microscopio, los extremos de los conductos deferentes que fueron cortados. El procedimiento es un poco más complejo que la primera cirugía y en un mes los espermatozoides vuelven a salir junto al semen.