Marcela Vacarezza se refirió en detalle a cómo cambió su vida tras la llegada a la familia de Benjamín, "Benji", quien hoy tiene seis años de edad.

El menor del clan Araneda-Vacarezza se unió a la familia cuando sólo tenía tres meses de vida, tras ser adoptado. 

La expanelista de espectáculos contó en el programa PH que ahora que Benjamín está más grande, ha comenzado a hacer preguntas. "Un día bajó del segundo piso muy rápido, yo no sé de dónde sacó el tema y me dijo: 'Mamá, ¿yo estuve en tu guatita?'", mencionó Marcela.

Las complejas preguntas de Benjamín a Marcela Vacarezza

Frente a esta pregunta, la esposa de Rafael Araneda señaló que ella le explicó que no, pero la situación se complicó cuando comenzó a preguntar por cada uno de sus hermanos. "'¿Yo no estuve en tu guatita?', No le dije, '¿y en la guatita de quién?'", precisó.

"Después, a los cuatro días me preguntó: '¿y ustedes me compraron?', no mi amor, le dije, a lo que él le preguntó 'entonces me robaron' y ahí le explicamos todo. Una vez vinimos a Chile y lo llevamos al hogar Santa Clara, el hogar donde lo adoptamos, y ahí recorrió el lugar", sostuvo.

Sobre lo mismo, Marcela Vacarezza comentó que ha tenido que enfrentar preguntas que tienen relación con el color de piel de Benjamín: "'No me gusta mi color, quiero ser naranja como ustedes' me dijo y con Rafael le decimos 'tu color es precioso, a me encantaría tener tu color'. Son temas que van a ir saliendo".

Por otra parte, la comunicadora indicó que su hijo ha sido víctima de racismo. "Sí (ha vivido racismo), pero no en mala… la gente es muy cariñosa con él, la gente mayor es muy amorosa", concluyó.

El mágico primer encuentro entre Benjamín y sus padres: "Sentimos electricidad"

En abril del 2024, Rafael Araneda concedió una entrevista al programa Desiguales de Univisión. Ahí relató cómo se dio el primer encuentro con Benjamín, quien en ese entonces era un bebé de cuatro meses. 

"Nunca estuvo en mis planes adoptar. Llegó de manera inesperada, mi hija Florencia tenía que ir a un hogar de niños abandonados. Me dice: ‘Papá, somos 25 compañeritas del curso. ¿Nos puedes llevar tú y mamá?’. Eso fue en Chile", expresó Araneda. 

En ese momento, Marcela Vacarezza y Rafael Araneda se quedaron conversando con las monjas del hogar, pues ya conocían el lugar e incluso habían realizado ciertas ayudas. “Mi mujer me dice: ‘Mira todas esas cunitas. Camina para allá’. Entro por un pasillo largo lleno de cunas con niños y niñas pequeños, bebés... Y llego casi al fondo y veo esta cosa maravillosa con los ojos gigantes y una sonrisa. Me estira los brazos, lo abrazo y sentí electricidad”. 

“Sentí un golpe de energía que no había sentido nunca. Lo abrazo, me doy vuelta y Marcela me dice: ‘A mí me pasó lo mismo’”, siguió relatando. 

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