Para muchos, Finlandia y Nokia eran sinónimos.
Y cuando en 2012 y 2013 Nokia prescindió de 24.500 empleados y vendió las oficinas centrales de Nokia House (y su división de teléfonos móviles) a Microsoft, lo llamaron "Elopcalipsis", en alusión al entonces director ejecutivo Stephen Elop.
Pero el hundimiento de Nokia ha llevado a una explosión de firmas start-ups: la fuerza de trabajo capacitada salta del barco e inicia sus propios emprendimientos.
Y las presentaciones más cool del mundo ahora tienen lugar en febrero en un agujero hecho en el hielo en la ciudad de Oulu, donde uno puede hablar de su empresa todo lo que quiera mientras permanezca de pie sumergido en agua helada.
"El Elopcalipsis fue lo mejor que le pasó a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)finlandesas", dice Mika Bostrom, vicepresidente de la compañía de mercado de apuestas Smarkets.
El fin de la era Nokia
Los primeros dos años post- Elopcalipsis en Finlandia supusieron un reajuste doloroso. Pero las salidas rentables y las cuantiosas infusiones de fondos han logrado poner la atención en las brillantes auroras boreales del sector tecnológico.
Este festival comercial incluyó la compra por parte de Google en julio de 2014 de la firma de gráficos en 3D para móviles drawElements, con base en Helsinki, por una suma de ocho cifras.
Facebook compró Pryte el verano pasado, una start-up finlandesa que desarrolla permisos para que usuarios de teléfonos móviles en países en vías de desarrollo puedan usar apps sin necesidad de tener que contratar un plan de datos.
El SoftBank de Japón pagó U$1.500 millones por el 51% de las acciones del desarrollador de juegos para móviles Supercell, después de que sus juegos Clash of Clans y Hay Day atrajeran 8,5 millones de jugadas diarias e ingresos de U$892 millones.
Y en tres años, la convención Slush de start-ups de tecnología en Helsinki creció de 300 participantes a más de 10.000.
"Slush 2012 fue en una sede pequeña. Slush 2013 fue más grande. Slush 2014 fue gigante para los estándares de cualquier lugar fuera de Reino Unido o Estados Unidos", dice Bostrom.
Código nórdico
No sorprende que muchas de estas start-ups involucren tecnología de teléfonos móviles.
Jolla, un desprendimiento de Nokia, diseña dispositivos móviles junto a Sailfish, un sistema operativo de código abierto creado a partir del proyecto Meego, también surgido de Nokia.
El cofundador de Salifish, Marc Dillon, que trabajó 11 años en Nokia, dice que su sistema operativo facilita hacer varias tareas a la vez mejor que otros.
"Puedes ver todas tus aplicaciones a la vez e interactuar con ellas simultáneamente sin tener que meterte en una y volver atrás para ir a otra", dice.
Otro aspecto clave de Sailfish, dice Dillon, es su código abierto. "Si el 80% del mundo usa teléfonos Android, entonces todas las empresas y ecosistemas y dispositivos están básicamente atados a la estrategia de una compañía".
Dillon dice que el sistema operativo tiene miles de apps nativas pero que también puede usar las de Android.
Al calor de una sauna
Jolla es emblema del programa Nokia Bridge para financiar las start-ups de los exempleados.
Marc Dillon es el cofundador de Jolla.
Otra parte del éxito de las nuevas empresas finlandesas se debe a los fondos públicos para investigación y desarrollo (I+D).
El país es tercero en equidad financiera en Europa, detrás de Reino Unido y Francia. Tekes, una entidad pública de fondos para I+D, tiene un presupuesto anual de U$550 millones.
Hay incubadoras tecnológicas como la Sauna de Startup de la Universidad de Aalto, inspirada en los laboratorios de Google y con, efectivamente, saunas.
Unas 126 start-ups se han graduado allí desde 2010.
Robots y juegos
Otra chispa brillante en la invernal noche finlandesa viene de la robótica.
El robot de ZenRobotics'Recycler selecciona objetos de una cinta transportadora de desperdicios y usa tecnología de inteligencia artificial para aprender a identificar diferentes cosas.
Timo Taalas, director ejecutivo de la compañía, dice que las dos universidades de la capital finlandesa, la de Helsinki y la de Aalto, son muy sólidas en inteligencia artificial y aprendizaje mecánico.
"La formación de los fundadores era basada en robótica e inteligencia artificial. Teníamos que encontrar un problema lo suficientemente complejo que pudiera resolverse con la combinación de las dos", dice.
Más de 200 start-ups de juegos han seguido el ejemplo de Angry Birds, creada en 2009 por Rovio Entertainment en la segunda ciudad más grande de Finlandia, Espoo.
Una de ellas, Best Friends, título debut de la firma Seriously, impulsada por exjefes de Rovio, tuvo un millón de descargas en la semana siguiente a su lanzamiento.
Petri Jarvilehto, cofundador de Seriously, dice que Nokia invirtió mucho en juegos para móviles desde 2003.
"En el mundo de hoy hay juegos que alcanzan los 100 millones de jugadores cada día, nunca hubo un medio, televisión, cine, que tuviera un alcance semejante", dice Jarvilehto.
Sin embargo Rovio recortó una quinta parte de su plantilla en octubre, argumentando que habían contratado personal "asumiendo un crecimiento más rápido que el que se ha materializado".
¿Demasiado dinero?
Si bien la sólida educación secundaria y universitaria de Finlandia ha atraído inversores de Silicon Valley y de Japón, algunos se preguntan si el país no está demasiado inundado de inversiones.
Tomi Kaukinen, jefe ejecutivo de Sportacam, un sitio para compartir fotos de deportes, cita el ejemplo de los fundadores de una start-up que el año pasado habían recaudado U$1,9 millones.
Cuando se los volvió a encontrar dos meses después, otra vez estaban recaudando fondos.
"Les pregunté, ¿otra vez necesitan dinero?", cuenta Kaukinen. "Dijeron 'no, no lo necesitamos realmente, pero es tan fácil de conseguir'. Y juntaron otro par de millones".
Puede que el apogeo de Nokia haya pasado, pero el sector tecnológico finlandés no está acabado, sino apenas comenzando.