Una mujer que pelea por darle sepultura a un bebé abandonado en un vertedero, un hombre que quiere vengarse del criminal que lo asaltó y hostigó a su familia y una madre que busca justicia para el asesino de su hija son algunas de las historias que pueden encontrarse en cintas chilenas como Aurora, Matar a Un Hombre y Génesis Nirvana.
¿Qué tienen en común todas ellas? Están inspiradas el ciudadano común y corriente, muchas veces basándose en hechos reales. Una tendencia que están siguiendo la mayoría de las realizaciones locales, algo que algunos ya definen como un “renacer” de la industria.
“Está mejorando la calidad de la películas, se están desarrollando temáticas más interesantes y diversas, y eso es un renacer. La tecnología está haciendo más fácil su producción. Vamos bien encaminados y hoy el cine chileno tiene muchísimos reconocimientos afuera, lo que le está permitiendo conseguir una cierta identidad”, comenta Alejandro Lagos, director de Génesis Nirvana, a t13.cl.
En este contexto, hablamos con directores nacionales quienes entregaron cinco claves que responden a qué se debe el giro del cine local:
1 El reflejo de la sociedad actual
Hoy en día existiría una necesidad del cine chileno de reflejar historias reales y eso tendría que ver con lo que ha pasado en el país en los últimos años.
“El ciudadano se ha convertido en alguien importante. Aurora es una película sobre una ciudadana que quiere enterrar una guagua y lucha con la justicia chilena para lograrlo. Es una historia ciudadana y los ciudadanos hoy en día son los que ‘la llevan’”, dice Rodrigo Sepúlveda, director de Aurora, a T13.cl
Matar a un Hombre, la cinta nacional que pelea un cupo a los premios Óscar, sigue esta misma dinámica: “Está basada en un caso real, cuando la estábamos filmando volvió a pasar, de que la familia de la historia estaba siendo amenazada y de que la justicia no hacía nada… Se suele escuchar muchas veces que los criminales andan sueltos. Te pone en el lugar de que el personaje tiene razón y una reflexión de los efectos que eso tiene tanto a nivel social como personal”, señala Alejandro Fernández, director del filme, a T13.cl
2 Renovación de directores
Algo que también habría gatillado el giro de las temáticas sería la renovación de directores, que cada vez tienen un mayor interés por los temas actuales, que le afectan al común de la gente.
“Hay rol social importante de la juventud y los cineastas de hoy están dispuestos a poner en el tapete temas de discusión nacional inmediatos. Yo soy un convencido de que post debate aparecen puntos a considerar para una mejora del problema, y en ese sentido el cine es una buenísima instancia para generar debate”, comenta Lagos.
3 La pérdida del miedo
Aunque también hay quienes creen que más que un mayor interés por las temáticas actuales se está perdiendo el miedo a decir las cosas de forma directa, como sí ocurriría hasta hace algunos años.
“Ya no tenemos miedo a expresarnos libremente, a mirarnos, a problemas, reclamar y proponer soluciones a ellos. Creo en el cine como una forma artística, de entretención, de expresión cultural, pero también siento que es un espacio de opinión pública. En el caso de Génesis Nirvana tratamos de reflejar una sociedad que está muy disconforme con un sistema judicial que tiene debilidades y privilegios sociales. Y es así de claro”, sentencia Lagos.
4 Un mayor enganche con el público
Al trabajar una historia real hay una continuidad que seguir que hace que la comprensión para el público sea más clara, posicionando mejor al personaje en lo que se quiere lograr.
“Se logra una mayor conexión con el público. Ves una historia única, que cuando sabes que está basada en un hecho real, piensas que es algo que le puede pasar a tu vecino, y eso es algo muy bonito. Es un público que vive con las redes sociales que está conectada todo el día viendo cosas especiales y el hacer una película sobre alguien que puedes ser tú mismo logra una mayor identificación”, asegura Sepúlveda.
5 Siguiendo la lógica de Relatos Salvajes
El filme argentino de Damián Szifrón que pelea un cupo por los Óscar también se basa en la lógica del ciudadano común y corriente, ya que sus seis cortos demuestran que todas las personas son capaces de explotar en algún momento, -por lo mismo se le ha llamado la "oda a la ira"-. Desde una novia que se entera que es engañada por su marido el día de su matrimonio hasta un hombre que sufre porque su auto es erróneamente remolcado de lugar.
Esa lógica tendría cierta similitud con las realizaciones chilenas de hoy, donde hay una conexión del público con todo lo que está pasando.
“Más que una intención buscada de basarse en historias reales, creo que a todos nos pasa que nos identificamos con ellas, todos nos sentimos identificados con Iván Fuentes, con los estudiantes, pero cuando te muestran a uno de ellos y su particularidad se da una empatía muy potente. Matar un hombre se parece bastante a Relatos Salvajes. Toma el caso de un NN y lo acompaña durante su odisea. Y no es la odisea de un superhéroe sino la de un ser normal, haciendo cosas extraordinarias. Eso es algo muy bonito”, concluye Sepúlveda.