Los fundadores de este negocio comenzaron a emprender en enero de 2017 en Venezuela. Sin embargo, y tras llegar a nuestro país, siguieron impulsando el proyecto con esfuerzo y dedicación para poder captar clientes, o como ellos les llaman, "cookielovers".

Esta pyme cuenta con más de 30 sabores dentro de su carta, cajas de distintos tamaños para regalar, y una línea de sus productos sin azúcar. 

Además, su cofundadora Oriana Hernández, comenta que sueñan con tener varios locales donde poder vender sus productos, pero siempre manteniendo la calidad de sus galletas artesanales.

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