Los amantes de lo dulce deben convivir con el permanente balance entre los alimentos ricos y/o saludables. Es precisamente este el caso de Macarena Santa María y Ricardo Lührs, un matrimonio que a raíz de sus gustos, decidieron jugársela con un emprendimiento de helados bajos en azúcares, y confeccionados desde cero de manera artesanal. Así nació "Tanu Helados".
Motivados por hacer un cambio en sus vidas, y esperando generar un impacto positivo en su entorno, esta pareja buscó emprender en algo que les apasionara.
"Elaboramos artesanalmente helados y barquillos. Escogemos y conocemos todos los ingredientes que componen nuestras recetas, formulando y elaborando nuestros sabores desde cero; con agua filtrada, ozonizada e intencionada, sin bases ni pastas industriales, sin saborizantes ni colorantes artificiales, logrando un helado de autor puro y natural donde prima el sabor del ingrediente principal", explicó Macarena Santa María, cofundadora de la heladería.
¿Qué hace a esta heladería especial?
Macarena cuenta que "experimentando y buscando lograr un helado lo más natural posible, Ricardo, quien es el maestro heladero, logró que aproximadamente el 70% de nuestra carta de sabores sean veganos, libres de cualquier ingrediente de origen animal. Tampoco contienen soya, gluten, ni frutos secos, lo que hace que nuestros helados puedan ser consumidos por personas con alergias alimentarias".
La cofundadora remarcó la importancia que tiene para ellos cada uno de sus procesos: "Utilizamos materias primas de excelente calidad fomentando la compra local, directa a productores, agricultores y recolectores, quienes nos proveen desde distintas partes del país, promoviendo el comercio justo, ético y colaborativo".
"Nos preocupamos del medioambiente reciclando el 100% de nuestros desechos orgánicos y desde un comienzo fomentamos el uso de madera y en envases compostables en la industria heladera, eliminando al máximo el plástico", agregó Santa María.
Macarena asegura que es difícil decidirse respecto de su parte favorita del negocio, simplemente le gusta todo. Dice disfrutar mucho del proceso para formular un sabor; consiguiendo la materia prima, conversando con los proveedores, viajando a la patagonia para abastecerse de calafate, ruibarbo, o rosa mosqueta. También coordinar a los equipos de trabajo, e incluso ver la cara de felicidad de los clientes cuando prueban los helados.
Desde la Patagonia, Macarena y Ricardo envían un mensaje de aliento a todo aquel que se dedique a emprender: "Dejen atrás los miedos y aprehensiones, sigan sus sueños, perseveren siendo fiel a sus principios y valores".