Sandra Sánchez Alarcón es una mamá emprendedora de 57 años que trabajó como ejecutiva de atención al cliente en una empresa de telefonía y comunicaciones hasta el año 2003, pero que siempre quiso ser independiente para manejar sus horarios e ingresos.
"Mientras trabajaba en eso hacía manualidades con tela, muñecos de tela, entre otros productos. Y una amiga que también hacía muñecas, que era argentina, fue a Buenos Aires a una Expo y descubrió la porcelana fría. Ahí me llegó contando emocionada sobre este material, luego de eso, en el 2009 comienzo a investigar y aprender personalmente", relató Sandra, y agregó: "Por eso me fui a Buenos Aires a tomar clases, entré a un curso de Leticia Suárez del Cerro, muy famosa en Argentina, y de hecho cuando abrió una sucursal en Mendoza empecé a ir algunos días por mes, eso fue en el año 2014".
Fue después de esos cursos en el país vecino cuando Sandra se volvió especialista en porcelana fría. Pero la historia de su emprendimiento se remonta a comienzos de 2010: "Sandyart nació aproximadamente en abril del año 2010, cuando decidí dedicarme por completo al modelado en porcelana fría. Era una cosa bien rudimientaria, porque yo no tenía una clientela. De repente amigas de amigas recomendaban mis productos, pero esporádicamente", explicó la mamá.
Una de las motivaciones que tenía la emprendedora con este nuevo rubro era crear algo distinto con sus propias manos: "Cuando descubrí la porcelana en frío, fue amor a primera vista".
Además, Sandrá comentó que partió exclusivamente haciendo una figura de novios para una persona, y desde ahí, otras vieron su trabajo y comenzaron a solicitarle otras creaciones: "Era más hobbie, no era un negocio como tal hasta ese momento, luego de hacer el curso de Buenos Aires y después en Mendoza, ahí me atreví a hacer más cosas. Empecé con novios y seguí con figuras religiosas, ya que otra amiga, que tenía una tienda, quería figuras religiosas. Le hice unos prototipos que le encantaron y comencé a venderle a ella, después pasó lo mismo con otra tienda y en resumen, llegué a entregar a cinco tiendas".
Sin embargo, Sánchez comenzó a ver que el margen de venta de sus productos no era suficiente, y su hija de 37 años la impulsó a poner su propia tienda, un lugar que sirvió de aprendizaje pero que duró sólo un año, ya que el costo del local era alto en comparación con los ingresos.
Ahí fue cuando dio el verdadero salto, y junto a sus hijos, quienes la han apoyado durante toda su carrera como emprendedora, comenzó a digitalizar la empresa. Partió potenciando su página de Facebook y creando un Instagram para la marca. Además, su hijo Diego Mosqueira de 33 años se integró tiempo completo al negocio como vendedor, lo que dice le dio muy buenos resultados.
"Desde que yo vendía en forma presencial en el local eran como una 10 figuras aproximadas semanales, y ahora de manera digital puedo llegar a vender 50 figuras o tazones semanalmente. Incluso cuando participo en distintas ferias presenciales, supero esos números", compartió Sandra.
También recordó lo difícil que fue el proceso de aprendizaje: "Me costó al principio, pero de a poco y de manera constante fuí aprendiendo técnicas y mejorando. Como dicen los argentinos ¡hay que soltar la mano!, es como aprender a andar bicicleta, cuando uno pilla el equilibrio se va por un tubo. Pero hay que estudiar, yo le enseñé a gente que tomaba un par de clases y se iba, y eso no basta. Terminan haciendo cosas muy básicas o desproporcionadas, yo me preocupo mucho de las proporciones, que son fundamentales en estos productos", remarcó Sánchez.
Y complementó: "En la porcelana fría muchas personas usan moldes y eso es limitante, yo no uso moldes, lo hago todo a mano, por lo que puedo personalizar el tamaño, el diseño, la textura, se puede personalizar todo".
En Sandyart crean figuras de porcelana fría, hechas completamente a mano y con distintos personajes icónicos de la cultura contemporánea, como El Principito, Frida Kahlo, Mafalda, Snoopy, Harry Potter, y otros. Los cuales son presentados en diversos formatos para adornar el hogar.
Además, complementan estas figuras con tazones pintados a mano por la hija de Sandra, Romy Mosqueira, y su emprendimiento de pintura en loza @pintamug, con lo que arman unos pack que contiene una figura de 14 centímetros más el tazón.
El Principito se puede encontrar en dos tamaños, por ejemplo; el de 14 centímetros vale $13 mil y con un tazón queda en $24 mil. En cambio Fryda Kahlo tiene tres tamaños; la de 14 centímetro vale $13 mil, la de 21 cuesta $20 mil, y finalmente la de 28 centímetros cuesta $28 mil.
Por otro lado la "Media luna principito" cuesta 25 mil, y también venden lámparas de fierro, que las hace otra emprendedora, pero que Sandra le agrega una figura de porcelana fría y cuestan $45 mil.
Para Sandra el perfeccionamiento es fundamental, por lo que sigue tomando cursos online, debido a las condiciones de pandemia, y pronto estará aprendiendo nuevas técnicas para hacer figuras de anime. Además de ser cliente frecuente en el Centro de Negocios de Sercotec Ñuñoa, donde ha realizado talleres de ventas, marketing, contabilidad y otros.
Para el futuro esta mamá expresó que espera seguir creciendo y más adelante tener un local con sus productos, los de su hija y ayudar a otras mujeres a que vendan y sean exitosas.
Si quieres comprar alguna de sus creaciones visita su Instagram @sandyart_chile.