A fines de abril, el Presidente Sebastián Piñera presentó la Ley de capitalización del Fondo de Garantías para Pequeños Empresarios (Fogape), orientada a beneficiar, según los datos del gobierno, a cerca de 1,3 millones de compañías, con acceso a créditos por un monto total de hasta US$ 24.000 millones, para lo cual el Estado aportaría US$ 3.000 millones al Fogape de BancoEstado. 

“Va directo a la vena de las necesidades de las micro, pequeñas y medianas empresas”, señaló entonces el mandatario, dando esperanzas a un grupo de firmas que producto de la pandemia enfrentaba la peor de las crisis. 

Pero el sueño para muchos se desvaneció en pocos días. La Multigremial Nacional de Emprendedores acusó que los bancos no estaban cumpliendo la promesa de entregar los créditos con celeridad, que para acceder a los recursos sólo operaban los "pitutos", que las restricciones eran desmedidas y la ayuda era selectiva, críticas que se plasmaron en un video que se viralizó en las redes sociales. 

El tema fue subrayado por el ministro de Economía Lucas Palacios, cuando señaló que la banca “estaba eligiendo sólo el filete”, una queja que terminó con el presidente Piñera este domingo llamando a los bancos, por cadena nacional, a acelerar el proceso para entregar los mencionados créditos, abriéndose un flanco de conflicto con la banca, que en los días previos había recalcado que todo había funcionado según lo estipulado, insistiendo que el número de créditos otorgados era altísimo, considerando que el proceso comenzó hace 15 días. 

“El problema es que el gobierno ha excedido las expectativas”, recalcan desde la banca, al insistir que el número máximo de empresas que podrían acceder al crédito con garantía del estado es de 600 mil, muy lejano a la cifra entregada por el propio presidente. En primer lugar, porque este tipo de créditos funciona básicamente para los clientes de los bancos, siendo tremendamente difícil que alguien acceda a este tipo de recursos, viniendo desde afuera, algo que no quedó claro desde el primer minuto. 

En segundo lugar, porque el reglamento que estableció Hacienda tiene varios requisitos, entre ellos no tener una morosidad por un periodo de tiempo, lo que pone una barrera de inmediato, entre otras cosas, para impedir que alguien que viene con una carga antigua y que no ha sido capaz de cumplir sus compromisos previamente, acceda a recursos frescos. “Alguien que está en Dicom definitivamente queda fuera de cualquier crédito”, básicamente porque  “hay que ser cuidadosos en la entrega de créditos, porque aquí están comprometidos recursos del Estado, y también los de nuestros propios depositantes”, señala José Manuel Mena, cabeza de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF). 

El tema de las expectativas juega por distintos frentes, porque si bien los emprendedores afirman que se dio por sentado que el crédito iba a ser por el monto de los últimos tres meses de venta, al final eso era un condicional, puesto que en promedio el monto que se ha entregado equivale a 1,8 meses de ventas, muy por debajo de los que pensaban recibir quienes se encuentran en problemas serios de liquidez.

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Las dificultades

Mientras Juan Pablo Swett, cabeza de la multigremial, recalca que un grupo importante de minipymes está a punto de quebrar porque no les ha llegado la ayuda, la Banca asegura que ya hay 50 mil créditos aprobados, de los cuales se han cursado 30 mil en este periodo, si bien en el gobierno reconocen que las solicitudes se han empinado a 100 mil. “La mayoría sigue en proceso, y un total menor al 10% ha sido rechazado”, afirman en la banca, si bien la cifra oficial se daría a conocer durante los próximos días.  

En todo caso, fuentes al interior de la industria aseguran que los más lentos en las tratativas han sido, por lejos, el BancoEstado, porque es la institución que más solicitudes tiene, y  bancos de menor tamaño que han sido bastante menos expeditos de lo que todos esperaban, a quienes el gobierno estaría solicitando expresamente apurar los procesos, aun cuando del total del universo de peticiones crediticias son los que menos tienen. 

La banca apunta al propio Fogape de ser el responsable de los retrasos y a algunos emprendedores que tardan demasiado en entregar toda la documentación, carpeta tributaria, renta etc, mientras que los emprendedores acusan que los “ejecutivos les hacen rellenar los mismos formularios varias veces”, y “que en los bancos les han transparentado que en esta pasada solo salvarán a algunos”.

En el gobierno reconocen que hay problemas, aunque de todos modos consideran que el proceso ha sido exitoso, porque haber levantado cerca de 2 mil millones en 15 días y que en un 90% se haya entregado a mini pymes, es algo que nadie hubiese imaginado jamás podría ocurrir, sin la creación de esta nueva ley que está ayudando a un grupo importante de empresas, que según Alejandra Mustakis, líder de la Asociación de Emprendedores de Chile, en todo caso, no llegará a más de 250 mil compañías. Pese a no ser suficiente, para ella resulta un alivio, que finalmente “el gobierno nos haya escuchado” y hayan permitido que otras instituciones, como las cajas de compensación, los factoring y otras entidades también puedan prestar dinero con garantías del Estado. 

En la banca por su parte afirman que harán los esfuerzos para acelerar las cosas, considerando que es algo que también los beneficia. “Porque nosotros tenemos que pagar comisiones al Fogape, que nos hizo un descuento si los créditos son cursados entre mayo y junio”, dicen en la industria.

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