Carlos Montecinos (39) es un viñamarino que en el 2008 estudió en el Instituto Profesional IPP, Pedagogía en Educación Básica durante cinco años de manera vespertina. Esto, luego de tener a su primera hija y buscar la forma de aportar económicamente a su familia, trabajando durante el día en distintas actividades, desde cartero hasta cajero de una ferretería, pero siempre complementándolo con su pasión, los dibujos.
Ejerció como profesor durante ocho años, hasta que en el 2017 decidió darle un vuelco a su vida y comenzar a trabajar en el rubro al que siempre soñó dedicarse: las caricaturas. Así creó al Capitán Dibujo.
Pero la historia de este emprendedor partió varios años antes, cuando todavía era un niño: "Desde pequeño me decían Capitán Cavernícola, por el personaje de los Picapiedras, y lo complementé con dibujo porque siempre fui bueno para dibujar. Siempre le hacía caricaturas a mis amigos, familiares, compañeros de curso, e incluso a algunos profesores. La verdad he pasado por muchos trabajos en mi vida, pero siempre supe que algún día me dedicaría 100% a esto", comentó Montecinos.
El viñamarino también había estudiado durante un año en la Escuela de Bellas Artes en el 2004, lo que dice le sirvió para aprender algunas técnicas y comenzar a profesionalizar este arte, agregando tiempo después la práctica y los años de experiancia.
"Siempre ha sido lo mío las caricaturas, siempre me gustó dibujar a la gente, hacer un retraro divertido pero no ofensivo ni grotesco. Tuve un referente que se ponía en la Avenida Valparaíso, en Viña, aprendía siempre de él mirándolo, aprendía técnicas... De hecho, cuando comencé a ganar dinero fui a hacerme una caricatura con él, para que me dibujara", recordó el docente.
Incluso, luego del consejo de un amigo, fue en el 2002 cuando logró su primera venta: "Un día un amigo me incitó a hacer caricaturas en la calle como otros caricaturistas que veíamos por Viña. Entonces practiqué mucho imitando a los referentes que tenía. Pero en el 2002, cuando recién había salido de cuarto medio, en el Muelle Vergara hice mi primera caricatura, en ese tiempo cobré 500 pesos y llegué a mi casa feliz porque entendí que podría generar ingresos con mi arte, desde ahí que no me he movido de ese lugar por 20 años, la calle y la práctica me han enseñado mucho", aseguró el Capitán Dibujo.
Además, el profesor se fue dando cuenta de que la demanda por su trabajo iba creciendo, teniendo que trabajar de madrugada para encontrar espacios más tranquilos para desarrollar su arte, pero también para poder complementar durante años este oficio con su carrera docente. Ahora que se dedica desde hace unos años al 100%, explica que dibuja durante el día "como en un trabajo normal".
En el ámbito personal también explicó que su familia ha sido fundamental: "Conocí a mi esposa en el 2006, con la que ya tenemos dos hijos, mi familia han sido un factor fundamental para crecer como caricaturista. Ella me ha apoyado harto en esto, siempre me está dando ideas, me apaña, sabe que me va bien. Ella fue la que me empujó a dibujar en digital, que es lo que estoy haciendo ahora, incluso me regaló una tableta gráfica Wacom, que es la clásica marca para trabajar en esto", contó Carlos.
Y complementó: "Sin saber nada yo siempre tuve ganas de hacerlo, porque veía a otros caricaturistas que lo hacían, incluso miraba a los de otros países por Youtube. Aprendí a usar la tableta por internet, viendo hartos videos. La gente piensa que es sólo intervenir fotos, pero uno dibuja con un lápiz como si fuera un papel. Se pueden hacer ilustraciones como las que aparecen en revistas o diarios".
Si bien Carlos por algunos años complementó su oferta haciendo caricaturas por encargo a través de fotografías, dice que siempre quiso ampliar su negocio, para lo que fue fundamental incursionar en los dibujos digitales.
Aunque comenzó con algo de temor, este emprendedor logró rápidamente subirse al carro de la tecnología: "Al principio me asustaba un poco, porque me imaginaba que cuando iba a dibujar iba a rayar, como cuando uno hace una firma en el registro civil que cuesta mucho, pero después al probarlo me di cuenta que no, el tacto y la respuesta que tiene la tableta tiene una precisión exacta, es un 99% como dibujar en papel. Después de eso no fue difícil, pero sí, para tener mejores resultados, tuve que aprender con tutoriales, por las sombras, pinceles, fue más el proceso de aprender a usar las herramientas del programa".
A medida que fue creciendo logró invertir en tecnología, con resultados notorios: "Hace algunos años pude cambiarme a un iPad, fui evolucionando en lo que son las herramientas para trabajar. Ahora trabajo mucho más rápido, antes encargos en los que me demoraraba dos días, ahora los hago en tres horas. Al ser mejor la herramienta es mucho más fácil para hacer el trabajo, mucho más rápido", relató el caricaturista.
Carlos también recordó que una persona, luego de observar su trabajo, lo llevó desde su puesto en la calle a su primer evento en un matrimonio, situación que se fue repitiendo en el tiempo y hoy es parte de su oferta de servicios: "El 2009 se me presentó la oportunidad de trabajar haciendo caricaturas en eventos, lo cual suma otro tipo de trabajo para generar más ingresos, y la verdad es que me encanta porque no hay nada más gratificante que poder dibujar a las personas en vivo, compartir y estar con ellos, ver sus reacciones al recibir un dibujo, viajar, conocer gente y lugares hermosos. Los trabajos en eventos como matrimonios, cumpleaños, fiestas de empresa, se hacen por horas a convenir, para que los invitados se lleven un divertido recuerdo".
El dibujante dice que en un principio tenía cuatro o cinco encargos al mes, cuando lo hacía de manera paralela a su trabajo, pero que hoy está dibujando practicamente todos los días, en parte gracias a la publicidad de las personas, pero también gracias a los canales digitales: "Eso también ha sido gracias a las redes sociales, que ayudan mucho en la difusión y el marketing. Cuando empecé estaba recién Facebook, pero ahora ya estoy trabajando con Instagram, que es mi cuenta netamente de trabajo".
Además, Montecinos comentó que ha tenido que trabajar con personas vinculadas a la televisión: "También las ventas y servicios han aumentado gracias a las caricaturas que he hecho a famosos de la televisión, comencé dibujando a la Belenaza, quien recibió y compartió mis ilustraciones e hizo que se difundiera aún más mi trabajo. Luego siguieron otros famosos que me empezaron a pedir, como Arturo Longton, El Huaso Filomento, Fusión Humor y otros comediantes, Antonella Ríos, y otros. Y en estos momentos soy el ilustrador de los libros de Eliana Albasseti, quien ha confiado en mi trabajo para sus maravillosas obras y proyectos. En general estoy muy agradecido de todas las personas que se han interesado en mis caricaturas y confían en mi trabajo".
Capitán Dibujo en la actualidad ofrece dos tipos de trabajo. El primero por encargo, que son las caricaturas digitales, y que por una persona cuesta $20 mil, con la opción de personalizar el fondo o forma. Dice que le han solicitado como un superhéroe, futbolista, o con diferentes vestimentas. Para una pareja son $25 mil, para tres personas $30 mil, cuatro a $40 mil y así sumando de a $10 mil.
El otro servicio es para eventos, donde se cobra por hora y cuesta $50 mil la hora, más los traslados y alojamiento si es muy lejos. Pero por ejemplo a Santiago puede ir por el día, además el artista lleva sus materiales, como plumones y hojas.
Capitán Dibujo expresó que lo más importante para él es siempre crear, trabajar, aprender de los errores y por sobre todo, dejar conformes a sus clientes.
Su principal plataforma de trabajo hoy es el instagram @capitandibujo, el cual tiene cinco años desde su creación, y es donde las personas pueden ver su trayectoria y el tipo de caricaturas que hace.
Además, este emprendedor está realizando talleres de dibujo y caricaturas para niños y adolescentes. Los que tienen un valor de $10 mil la clase, y que dura entre una hora y 1:30 horas. Sin embargo, dice que su sueño es tener un lugar propio en donde pueda realizar los talleres y su propia oficina para trabajar con mi marca personal. También le gustaría tener una tienda física con implementos y productos de arte, "dar a conocer lo que hago y ampliar el negocio, poder entregar mis conocimientos a los jóvenes que les guste dibujar y crear una comunidad de artistas".
Esto último ya que la motivación y pasión de Carlos es fundamental para su trabajo: "Por sobre todo, vivir del arte, para que en Chile este rubro sea reconocido como debe ser, y convencer a las personas que el artista no debe ser alguien que tenga que ser pobre o bohemio, esto es un oficio, un trabajo serio, que se respete lo que hacemos en cuanto a los valores y el tiempo que se invierte", finalizó el viñamarino.