La guerra en Ucrania sigue impactando a la economía mundial y baja las expectativas de crecimiento, a pesar de la recuperación inicial de la pandemia que se dio en 2021.
Según reveló el último Panorama Económico Mundial (WEO, su sigla en inglés) del Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó a 3,2% su estimación para el Producto Interno Bruto (PIB) global este 2022, es decir 0,4 puntos porcentuales (pp) menos que en la proyección realizada durante abril pasado y una gran diferencia del 4,4% que se esperaba en enero.
Según indica el reporte de julio, la economía global, que ya se encontraba debilitada por la pandemia del Covid-19, se ve cada vez más contraída debido a riesgos que ya se están materializando: como una inflación mundial más alta de lo previsto; la desaceleración de China y Rusia, que contrajo la producción mundial durante el segundo trimestre; y que el gasto de los consumidores estadounidenses no alcanzaron las expectativas.
Esos factores llevaron al FMI a reajustar a la baja las proyecciones de crecimiento para la mayoría de los países del mundo, incluyendo a las grandes economías.
En el caso de Estados Unidos, su PIB ahora crecería 2,3% en 2022, lo que significa un recorte de 1,4 punto porcentual respecto a abril, explicado por el menor crecimiento que tuvo durante principios de este año, la reducción del poder adquisitivo en los hogares y el endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal. En tanto, en enero de este año se proyectaba que el crecimiento sería de 4%.
Para China, el crecimiento actualizado para este año será de 3,3%. Es decir, con un reajuste de -1,1 punto de lo contemplado durante el cuarto mes del año y una caída desde el 4,8% pronosticado en enero. Esto, debido a los confinamientos y cierres por los brotes de Covid-19 y el agravamiento de la crisis inmobiliaria.
Un escenario que no es totalmente sombrío para todos los países. En el caso de América Latina, el PIB de la región llegaría a 3,0%, un aumento de 0,5% respecto a la proyección hecha en abril y 0,6 pp arriba de lo esperado en enero. Tanto Brasil como México tuvieron alzas en sus estimaciones, de 0,9 pp y 0,4 pp, respectivamente. De esta forma, sus expansiones serán de 1,7% para el primero y de 2,4% para el segundo.
Riesgos se mantienen a la baja
Según apunta el informe, todavía hay riesgos que “se inclinan abrumadoramente a la baja”.
Se advierte que la inflación podría ser más difícil de reducir de lo previsto si los mercados laborales son “más rígidos de lo esperado” o si es que las expectativas de esta se desanclan. Además de que el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales podría gatillar dificultades de endeudamiento en las economías de mercado emergentes y en desarrollo.
También se señala que nuevos brotes y cierres por Covid-19, al igual que una nueva escalada de la crisis del sector inmobiliario, podrían “reprimir aún más” el crecimiento de China. Al mismo tiempo que se podría dar una obstaculización del comercio y la cooperación mundial por la fragmentación geopolítica.
“Un escenario alternativo plausible en el que los riesgos se materialicen, la inflación aumente aún más y el crecimiento mundial se reduzca a aproximadamente el 2,6% y el 2,0% en 2022 y 2023, respectivamente, situaría el crecimiento en el 10% inferior de los resultados desde 1970”, alerta en informe.