Wu Minxia es, indiscutiblemente, una leyenda olímpica. Pero por estos días, su nombre ha resonado con fuerza luego que en las redes sociales apareciera una imagen de ella –convertida en meme– con el nombre falso "Cha Phu Zhon" (chapuzón).
Ya te contamos que "Cha Phu Zhon" no existe, pero lo que sí es real es la historia de la clavadista china Minixia, que es ganadora de siete medallas olímpicas, cinco de ellas de oro.
Además tiene 14 medallas de campeonato mundial, de las cuales ocho han sido doradas. De esta forma, Wu es la atleta con más medallas en la historia de los clavados. Una verdadera leyenda.
De sus cinco medallas de oro, cuatro las ganó de forma consecutiva, de Atenas 2004 a Rio 2016, en la prueba de Trampolín de tres metros sincronizado con tres parejas distintas, y en Londres 2012 se coronó en la prueba individual de tres metros.
En la foto que se viralizó, aparece en la final de los 3 metros trampolín de Londres 2012, donde su verdadero nombre –Wu Minxia– fue cambiado por el de Cha Phu Zhon. Más allá de la broma, la clavadista china dio la vuelta al mundo tras ser reconocida por los Juegos Olímpicos como "la atleta femenina más condecorada en la historia del salto".
Historia de sacrificio
Si bien sus logros son catalogados como increíbles, su vida personal no lo ha sido tanto. Minxia, de 35 años, ha tenido que sacrificar gran parte de su infancia, adolescencia y adultez para triunfar en este deporte.
Ha tenido que dejar de lado a su familia, a sus amigos, incluso ha sido privada de información para que nada afecte su rendimiento.
Para los Juegos Olímpicos de Londres en 2012, Minxia se llevó el oro en el trampolín sincronizado de 3 metros. Sus padres, en ese momento, habían hecho todo lo posible para asegurar el éxito de su hija, incluso ocultándole la noticia de la batalla de ocho años de su madre contra el cáncer de mama.
La familia también mantuvo en secreto la noticia de la muerte de los abuelos de la deportista. "Wu nos llamó después de la muerte de sus abuelos, apreté los dientes y le dije: 'todo está bien, no hay ningún problema'", dijo en esa oportunidad el padre, Wu Jueming al Shanghai Morning Post, según recoge Business Insider.
Los padres de Wu consideraron que esas mentiras eran "esenciales" para garantizar que su hija pudiera concentrarse en su entrenamiento.
"Nunca hablamos de asuntos familiares con nuestra hija", precisó Jueming. Al conocerse esta información, miles de usuarios acudieron a Sina Weibo, un microblog chino similar a Twitter, para condenar lo que llamaron las "mentiras piadosas" de los padres como un ejemplo de la dureza del sistema deportivo financiado por el gobierno de China.
"Además de volver loca a la gente, nuestra estrategia olímpica también hace que la gente pierda su humanidad", dijo un usuario. "Nuestro sistema deportivo nacional es repugnante", señaló otro.
Las escuelas deportivas chinas, que seleccionan y preparan a los atletas potenciales desde una edad temprana, a menudo con horas de duro entrenamiento todos los días, han producido muchos campeones mundiales y el país lideró en 2012 la tabla de medallas de oro en los Juegos de Londres. Pero también han sido criticados por presionar demasiado a los atletas jóvenes.
El Shanghai Morning Post dijo que los padres de Wu rara vez veían a su hija y que realizaban un seguimiento de sus actividades siguiendo su cuenta de microblog. "No nos llama a menudo porque está ocupada con el entrenamiento", dijo el padre. "Sabemos desde hace años que nuestra hija ya no nos pertenece", cerró.