Tras un día de fiesta y sin incidentes importantes en París, el inicio de la final de la Liga de Campeones europea entre Real Madrid y Liverpool tuvo un retraso inesperado y comenzó 36 minutos después de la hora prevista por problemas de seguridad relacionados con el acceso de hinchas al Stade de France.
El duelo debía haber comenzado este sábado a las 21h00 locales (19h00 GMT) pero lo hizo a las 21h36 (19h36 GMT), después de la breve ceremonia de apertura.
Los momentos previos al partido estuvieron marcados por un cierto caos. Persistían largas filas en el acceso y un grupo de jóvenes intentó entrar escalando una de las barreras de seguridad, lo que obligó a la intervención de las fuerzas del orden.
Una periodista de la AFP constató que una veintena de jóvenes había logrado pasar la barrera, antes de la intervención de los gendarmes
Se utilizaron gases lacrimógenos para evitar que decenas de jóvenes subieran por esas barreras, constató la AFP, mientras la Prefectura de París pedía en las redes sociales que no se forzara la entrada al recinto, con mensajes en francés, inglés y español.
En el dispositivo de seguridad estaban desplegados 6.800 policías, gendarmes y bomberos.
Ante la espera por el retraso del partido, los jugadores del Liverpool regresaron al vestuario y retomaron su calentamiento hacia las 21h07 locales (19h07 GMT). Sus rivales madridistas lo hicieron a continuación.
Esos momentos tensos y de caos en los accesos empañaron una jornada hasta entonces sin incidentes importantes y que transcurrió en un ambiente festivo, en un día soleado.
"Estoy muy tranquilo, pensamos que el Real Madrid va a ganar. El Real Madrid tiene mucha suerte", explica, confiado, desde la fan zone del Real Madrid en Saint-Denis Mariano Brasal, un toledano de 66 años que acude al partido junto a su hijo de 37 años.
Ciento veinticuatro partidos disputados en total entre la fase de grupos y las eliminatorias directas han traído al Real Madrid y al Liverpool a la final de la 67ª edición de la Champions, una competición en la que ambos clubes se reparten 19 títulos (13 para el club madrileño y 6 para los ingleses); más de la cuarta parte de las 'Orejonas' entregadas descansan en las vitrinas del Santiago Bernabéu o de Anfield.
Temporada inolvidable
Pero si el pasado de los dos es glorioso, el presente no lo es menos. El conjunto blanco podría conquistar su quinta Champions en los últimos ocho años, mientras que la formación inglesa llega a su tercera final en cinco años, tras la perdida contra los blancos en la capital ucraniana, e imponerse el año siguiente, en 2019, al Tottenham (2-0).
Este año, pase lo que pase en la final, es ya de por sí exitoso para los dos contendientes, por lo que una victoria el sábado convertirá la temporada en inolvidable. El Real Madrid ha conquistado la Liga española, y aunque al Liverpool se le escapó la Premier en la última fecha, ya ha abierto sus vitrinas en dos ocasiones esta temporada, por la Copa de la Liga y de la FA Cup, ambas ganadas al Chelsea.
Si en la última ocasión en que ambos equipos se vieron las caras en el partido decisivo (2018) el triunfo fue para el conjunto blanco (3-1), entonces dirigido por Zinedine Zidane en lo que fue su tercer título consecutivo, la única vez en que dirimieron el título en la capital francesa (1981) la victoria fue para el Liverpool (1-0), aunque aquel partido se disputó en el Parque de los Príncipes de la ciudad parisina.
"Levántala otra vez", titula en portada el periódico deportivo español Marca, mientras que el británico Times habla de "la hora de la revancha".
Por la Copa… y el Balón de Oro
La final ofrece asimismo un duelo de altura en los banquillos. Ancelotti y Klopp, dos estilos, dos formas de ver y de vivir el fútbol, conducentes ambas al triunfo. Aunque la Orejona ha pasado más veces por las manos del italiano que del alemán. Ancelotti tocó el cielo europeo con el AC Milan en dos ocasiones (2003, 2007) y en su primera etapa en Madrid (2014).
Klopp ha tenido que aprender a lidiar con la decepción antes de coronarse con el laurel de la victoria. Dos veces finalista, con el Dortmund en 2013 y con Liverpool en 2018, el alemán encontró al fin su premio en 2019.
A la batalla colectiva se une el duelo individual entre los delanteros Karim Benzema y Sadio Mané, ambos aspirantes al Balón de Oro, a los que podría sumarse el egipcio Mohamed Salah. De su actuación en el partido y del nombre del equipo vencedor dependerán varios votos para el preciado galardón.