María José Urrutia, delantera, bromeaba entre risas tras haber tenido que atajar con Chile ante México en la final del fútbol femenino en Santiago 2023.
Sin embargo, pese a las carcajadas que despertó su comentario, la dura situación que debió vivir en los Juegos Panamericanos está muy lejos de ser un chiste.
"Para nosotras no era algo gracioso salir a jugar una final, un oro, con alguien que no era arquera", comentó a la prensa Urrutia, de 29 años, después de la derrota 1-0 de Chile frente a México en el partido que el viernes decidió la medalla de oro, con gol de tiro libre de Rebeca Bernal en el minuto 29.
La atacante debió calzarse los guantes y pararse bajo los tres palos por las ausencias de las dos guardametas que había convocado el seleccionador Luis Mena, la estelar Christiane Endler y su supente Antonia Canales, bajas por tener que reintegrarse a sus clubes en Europa, el Olympique de Lyon y el Valencia.
Sin guardametas naturales, la misma 'Cote' Urrutia, quien había marcado un gol en el torneo panamericano, le propuso a Mena ser la portera de emergencia.
"Yo se lo planteé al profe. Obviamente era un tema difícil y tenía que ir alguien que quizás no le importara lo que pudiera decir la gente" relató. "Le dije que yo podía ir, que no importaba lo que dijeran, que yo me la jugaba y listo".
"Todas dimos todo de nosotras. Mis compañeras corrieron hasta el final para que no me llegaran tanto y yo traté de hacer lo que podía dentro de mis capacidades como 'arquera'", agregó.
"Profundo malestar"
Tras la final, las jugadoras de la selección de Chile criticaron en un comunicado los fallos de gestión que dejaron al equipo sin porteras, a la vez que dieron apoyo a Endler y Canales, así como a dos jugadoras de campo que abandonaron la concentración en circunstancias parecidas, Karen Araya y Camila Sáez.
"Queremos expresar nuestro profundo malestar por los errores que llevaron a la ausencia de una arquera para disputar un partido tan crucial", apunta el documento.
Lo ocurrido "generó incertidumbre y presión innecesaria en camino a una final que lamentablemente se ve empañada", añade el texto.
Por ese malestar, las futbolistas se sentaron inmóviles sobre el césped del Estadio Elías Figueroa, en Valparaíso, unos segundos antes del pitazo inicial, a manera de protesta.
"No es normal todo lo que nos ha pasado en estos Panamericanos y ya estamos cansadas", declaró Urrutia.
"Habíamos avanzado un montón cuando clasificamos al Mundial (2019), cuando fuimos a los Juegos Olímpicos (Tokio-2020), y retroceder de esta manera y tener que llegar a una final donde nadie nos tenía fe es difícil", continuó en referencia a su noche en la valla.
Y aunque el oro no se dio, Urrutia estaba orgullosa: "Nosotras, más que nadie, sabemos lo que nos ha costado llegar hasta acá (...). Queremos seguir y vivir muchas cosas bonitas, así que nunca vamos a bajar los brazos".
Endler, quien sorpresivamente se retiró como internacional para poner fin a una trayectoria de 104 partidos con la Roja, le dio unos consejos en una conversación por WhatsApp.
"La Tiane me dio unos tips para poder yo atajar. Me dijo que tuviera toda la confianza", contó.
"Nos hacía falta"
Entre sus compañeras solo hay gratitud, como dicen Yenny Acuña y Francesca Caniguán, delanteras fueron consideradas junto a Urritia en la búsqueda de una portera por una noche.
"Se lo agradecemos porque nos hacía falta esa personalidad y nos hacía falta que alguien diera la cara en el arco, ya que 'la Tiane¡ y 'la Anto' no pudieron estar, no porque ellas quisieran, sino por cosas de trabajo", declaró Acuña.
"La Cote dio la cara por nosotras", añadió.
Caniguán también tuvo palabras de agradecimiento para Urrutia y todas sus compañeras.
"Hicimos todo lo posible por ganar el oro, no pudimos, pero nos vamos con la frente en alto", manifestó.