Con lagunas defensivas e inoperante en ataque, el Manchester United (5º) sufrió una nueva decepción en un partido importante al perder en casa el derbi ante el Manchester City, este sábado en la undécima fecha de la Premier League, lo que fragiliza aún más la posición del técnico Ole Gunnar Solskjaer.
Esta derrota puede dejar a los 'Diablos Rojos' lejos de los puestos de cabeza. Con sus 17 puntos ya están a seis de sus vecinos 'citizens' (2º), a ocho del líder Chelsea y cinco del Liverpool (3º), dos equipos que aún no han jugado esta jornada.
Así pues la victoria cómoda en Londres ante el Totteham (3-0) y el empate no exento de fortuna en el tiempo extra contra el Atalanta (2-2), el miércoles en Liga de Campeones, parecen ahora un breve espejismo.
La versión ofrecida este sábado se pareció más a la del Manchester United humillado en casa por el Liverpool (5-0) hace dos semanas.
Solskjaer optó con un sistema con tres centrales, interesante ante el 4-3-3 del City, pero los fallos individuales no tardaron en invalidar cualquier argumento a favor de ese dibujo.
Para reforzar su defensa, Solskjaer tuvo que sacrificar a un hombre de ataque, situando a Bruno Fernandes en apoyo de Cristiano Ronaldo y Mason Greenwood, pero privándose de la velocidad y verticalidad que podrían aportar Marcus Rashford o Jadon Sancho.
Solskjaer en cuerda floja
Y como el Manchester City salió desde el inicio con una marcha más y un punto más de ambición, con una presión asfixiante y subidas constantes de sus laterales, el United vio pronto que le costaría mucho sacar un resultado positivo.
Y al buen inicio de los hombres de Guardiola se unieron dos errores defensivos calamitosos de los locales.
El City abrió el marcador con un gol en propia de Bailly, quien trataba de despejar un centro de Joao Cancello (7), antes de que Bernardo Silva se lanzase en el segundo palo para llegar a un centro pasado y colar el balón entre David De Gea y su palo (45+1).
Pero según lo visto sobre el césped de Old Trafford a nadie hubiese extrañado llegar al descanso con un 4-0, de no mediar las atajadas de De Gea ante Gabriel Jesus (29) y Victor Lindelof, quien casi marca también en propia (33).
La única ocasión de gol digna de ese nombre para los locales llegó con una volea de Ronaldo a la que respondió bien Ederson (26).
El segundo acto fue mucho más calmado, con el City dando la impresión de no querer humillar a su vecino.
En todo caso, las dos semanas de parón por los compromisos internacionales permitirán que corran ríos de tinta sobre el futuro de un Solskjaer que vuelve a tener sobre sí la espada de Damocles.