Universidad de Chile vive un presente de dulce y agraz. A diferencia de los últimos cuatro años coqueteando con el descenso, hoy los azules están encaramados en la parte alta de la tabla y se ilusionan con pelear el título.
Sin embargo, la otra cara de la moneda son los serios incidentes protagonizados por barristas estudiantiles el pasado domingo en Concepción, hechos que obligaron a suspender el clásico universitario y que podrían acarrear duras sanciones para el club.
En medio de esto, en las últimas horas surgió –una vez más– la inquietud en torno al uso del nombre de la Universidad de Chile por parte del equipo de fútbol que administra Azul Azul.
Este nuevo episodio se desprende de un dictamen de la Contraloría, firmado por el contralor general de la República, Jorge Bermúdez, con fecha del 27 de abril.
“No procede que las organizaciones deportivas privadas lleven el nombre o denominación de un organismo estatal. El Instituto Nacional de Deportes de Chile debe adoptar las medidas pertinentes para regularizar las situaciones que contravengan aquello”, expone el documento.
Sobre este caso, el dictamen puntualiza que “aun cuando la ley N° 19.712 y el citado decreto N° 59, de 2001, no lo prohíban expresamente, resulta contrario a derecho que entidades privadas utilicen el nombre de la Universidad de Chile –o de otro organismo público–, sin su autorización expresa o sin tener vínculo o relación alguna con ella, puesto que, acorde con lo dispuesto en el artículo 7° de la Constitución Política, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse, ni aun a pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que expresamente se les hayan conferido por el ordenamiento jurídico”.
¿Puede el club Universidad de Chile perder el nombre?
La cuestión no es nueva. El exrector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, ya había puesto el tema sobre la mesa en 2021, luego de que asumieran los nuevos controladores de Azul Azul tras la venta de las acciones de Carlos Heller.
“Somos nosotros los que le damos sustancia a este tema. Si no hay acuerdo entre los nuevos dueños de Azul Azul y el dueño de los emblemas y derechos federativos, que es la Universidad de Chile, entonces el rector Ennio Vivaldi dice correctamente que nos retiramos”, afirmó en aquel entonces Roberto Nahum, representante de la universidad encargado de firmar el acuerdo con la concesionaria.
Acuerdo por el que hoy el “Romántico Viajero” no corre el riesgo de perder el nombre, según explican desde Contraloría a T13.cl.
“Efectivamente el nombre de Universidad de Chile se puede ocupar sólo para cuestiones institucionales y en el entendido que exista un convenio vigente entre la universidad y en este caso otra institución, que es el caso del club deportivo Universidad de Chile”, expone el organismo sobre los alcances del dictamen.
Es decir, “habiendo un convenio vigente entre dos instituciones, el uso del nombre está permitido”, añaden, subrayando acerca del documento que “no es que la U no pueda ocupar el nombre”.
De esta manera, sólo ante un eventual fin del acuerdo entre Azul Azul y la Universidad de Chile, como en su momento deslizó Ennio Vivaldi, en ese escenario el elenco estudiantil sí podría perder el nombre, determinación que hoy recaería en Rosa Devés, rectora de la casa de estudios hasta 2026.