Brasil tiene una nueva causa en el Mundial Sub-20: El entrenador y los jugadores de la selección condenaron este viernes el racismo y cerraron filas en torno a su zaguero Robert Renan, víctima de ofensas por su color de piel durante el torneo de Argentina.
El defensor y la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) denunciaron el miércoles ataques tras el partido de la Seleçao ante Túnez, en el que Renan fue expulsado.
Cuando salía de la cancha el jugador hizo gestos burlescos contra fanáticos argentinos que le chiflaban en el estadio Diego Armando Maradona de La Plata.
Luego, según pruebas presentadas por él mismo, en Instagram lo llamaron "negro", "cabeza de mono" y amenazaron con dispararle.
Es "una situación muy desagradable", dijo el entrenador brasileño Ramon Menezes a la AFP en la ciudad de San Juan (oeste), donde la seleçao buscará el sábado ante Israel pasar a las semifinales del Sub-20.
En menos de dos semanas los jugadores brasileños son martirizados por el racismo en el mundo. Los insultos contra el extremo de Real Madrid Vinicius Jr en Valencia, el 21 de mayo, causaron una indignación global encabezada por la ONU, el gobierno de Brasil y atletas de todas las disciplinas.
Estamos "totalmente en contra del racismo que se está viendo y todo lo que está aconteciendo. En España, no son todos los españoles que son racistas, pero está pasando con frecuencia allá" añadió Menezes.
Según el DT, Renan, que juega para el Zenit ruso a sus 19 años, estuvo "triste" por los comentarios en redes sociales