Charles Aránguiz regresó a Alemania con una mala noticia: sufrió una lesión en la pantorrilla en los entrenamientos individuales y se perdería los partidos de La Roja frente a Argentina y Bolivia por las Clasificatorias sudamericanas rumbo al Mundial de Qatar 2022.
Sin embargo, sus días en Chile fueron pura felicidad. El “Príncipe” pasó la Navidad junto a su familia, aunque debió reincorporarse al Bayer Leverkusen antes del 31 de diciembre, para el Año Nuevo.
Aquí disfrutó de una pichanga junto a sus amigos y de una chorrillana con su familia. Su madre, Mariana Sandoval, contó a Las Últimas Noticias que “lo disfrutamos al máximo. Nos vimos todos los días. Comimos asaditos, estuvimos con todos los sobrinos, primos y sus hermanos. En verdad, todos quedamos felices. Fueron poquitos días, pero tratamos de regalonearlo también. Esta vez no hubo estofados, pero sí le tuve que hacer su churrasco con marraqueta calentita y con tomate y palta. Como Charles cambió su dieta alimenticia… ahora es pura fibra”.
Mariana reveló que “nunca se me había ido un hijo tan lejos. Uno se guarda sus penas calladitas, pero yo no estoy encima de ellos. Charles está tan lejos y a uno la mente, a veces, la traiciona. Siempre pienso si le pasa algo y yo tan lejos… ¿Cuánto me demoraría en llegar para estar con él? Entonces uno lo echa de menos”.
Sobre cómo es el jugador como hijo, su madre aseguró que “Charles es uno de los mejores hermanos que existen. Siempre preocupado. Pregunta por ellos, por los sobrinos, los primos, por sus hermanas. Está pendiente de todos. Siempre pregunta si uno necesita algo. Es muy buen padre, además, y tiene una compañera excepcional, de bajo perfil, profesional y muy buena. A Charles lo premió Dios por todos lados”.
Finalmente, Mariana reconoció que el mediocampista le ha ofrecido cambiarse de casa y dejar su vivienda en Puente Alto.
“Muchas veces me pidió que eligiera una parcela, una casa en un condominio o un departamento. También que deje de trabajar. El otro día me dijo: ‘Está bueno ya, hay que empezar a descansar. Yo creo que es mucho’. Lo miro y hago como que no escucho. Pero es mi manera de ser”, afirmó.
“Nunca me gustó salir de la población y no me voy a ir. Soy súper independiente y trabajo para mí, para mis cosas. No me gusta tener la casa más grande y con lujos, aunque respeto el gusto de las otras personas. Me gusta vivir en mi casa común y corriente, como la de la gente que vive acá en Puente Alto, al lado de mis hijas. No necesito los lujos”, cerró.