Centenares de hinchas argentinos se manifestaron este miércoles alrededor del Obelisco de Buenos Aires, tradicional epicentro de festejos futbolísticos, para reclamar justicia por Diego Maradona, que murió el 25 de noviembre a los 60 años en circunstancias que investiga una fiscalía.

"Condena social y judicial para los culpables", se leía en una gran bandera que llevaban Dalma (33) y Gianinna (31), las hijas que el '10' tuvo con su exesposa Claudia Villafañe. Las tres se hicieron presentes en el lugar con una camiseta con la inscripción "Justicia por D10s", como los fanáticos se refieren a Maradona, pero debieron irse raudamente en medio de un descontrol de los manifestantes.

También estuvo en el acto el menor de los cinco hijos de Maradona, Diego Fernando, de 8 años, junto a su madre Verónica Ojeda, una expareja del campeón mundial en el Mundial México-1986.

La manifestación del '10M' fue convocada por redes sociales por iniciativa de agrupaciones de hinchas de Maradona, entre ellas la Iglesia Maradoniana, bajo la consigna "Justicia por Diego. No murió, la mataron".

"Quiero estar presente tratando de que una vez más se haga justicia en Argentina porque a Maradona lo han dejado morir y no es justo, no es justo que una persona que nos dio tanto a los argentinos, termine de esa manera", declaró a la AFP Abel Chorolque, un taxista de 44 años.

Los manifestantes expresaron su devoción por quien para muchos fue el mejor jugador de la historia, con grandes banderas celeste y blancas, exhibiendo tatuajes con la imagen del ídolo. 

"Ese día (el 25 de noviembre) nos morimos todos un poquito. Es como un hijo, un hermano de cada uno. Nosotros nos volvíamos locos por tocarlo y estos que lo tenían no lo pudieron cuidar", declaró un hombre bajo un paraguas azul y amarillo, los colores de Boca Juniors, el club del que Maradona era hincha y uno de los equipos en que jugó.

Los organizadores habían pedido marchar "en paz", con barbijos y distancia social para evitar contagios de COVID-19, lo que no se cumplió.

A medida que avanzaba la noche, el clima se fue poniendo más tenso. "Morla te 'vamo' a matar... no te va a salvar ni la (policía) federal...", cantaban en un mensaje amenazante dirigido a Matías Morla, último abogado y representante de Maradona, muy criticado por las hijas del '10' y quien habría designado al equipo médico que lo trató al final de su vida.

La Fiscalía General de San Isidro busca determinar si la muerte de Maradona pudo haberse producido por abandono de persona o ser un homicidio culposo (involuntario).

"Tienen que estar presos los culpables, lo mataron a Diego, Diego no murió. Acá está el pueblo, escuchá, Diego no se murió, Diego sigue en el pueblo", entonó Franco Ayala, un empleado de 25 años.

La causa

Están investigados en la causa, por lo tanto imputados, el neurocirujano y médico de cabecera de Maradona, Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov y el psicólogo Carlos Díaz, además una enfermera, un enfermero, una médica coordinadora y un coordinador de enfermeros.

La prensa argentina divulgó numerosos audios de WhatsApp de conversaciones entre los acusados, en los que se los escucha hablar con desprecio del exjugador.

"Necesitamos que se haga justicia porque él no se tenía que haber ido de esta manera, lo tenían que haber cuidado más", dijo Paola Sotelo, una ama de casa de 43 años.

El capitán emblemático de la selección albiceleste murió el 25 de noviembre en una residencia temporaria al norte de Buenos Aires, a causa de sendas crisis cardíaca y respiratoria. 

Maradona había sido operado de un hematoma en la cabeza el 3 de noviembre. Poco antes, el 30 de octubre, asistió en mal estado de salud al festejo de su cumpleaños 60 en el estadio de Gimnasia La Plata, cuyo equipo dirigía.

Testigos aseguran que sufría adicciones al alcohol y a los psicotrópicos. Después de su retiro estuvo varias veces al borde de la muerte por dolencias del corazón y consumo de drogas.

Las penas en Argentina por abandono u homicidio culposo van de cinco a 15 años de prisión.

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