El Bayer Leverkusen logró matemáticamente su primer título de campeón de la Bundesliga este domingo en la 29ª jornada, terminando de la mano de su entrenador español Xabi Alonso con la hegemonía del Bayern Múnich, ganador de las once anteriores ediciones.
Sin perder todavía ningún partido en lo que va de temporada, en ninguna de las competiciones, el Leverkusen ha volado hacia el título y, tras ganar 5-0 al Werder Bremen este domingo en su BayArena, tiene 16 puntos sobre Bayern de Múnich (2º) y Stuttgart (3º), que ya no pueden alcanzarle.
El Bayer Leverkusen dependía de sí mismo para ser campeón este domingo, ante su público, y no dejó escapar esta primera 'match ball', desatando la fiesta en su estadio, donde los hinchas invadieron el terreno de juego incluso en los últimos instantes del partido, antes de que el partido finalizara, desatando escenas de caos por los problemas de los empleados del estadio para contener la alegría y que el choque pudiera terminar.
Los tantos de Florian Wirtz en los minutos 83 y 90 provocaron sendas invasiones masivas del terreno de juego. Los últimos momentos del partido se jugaron además en medio de una neblina roja por el humo de las bengalas que encendieron en uno de los fondos los ultras del Leverkusen.
Antes, Wirtz había marcado otro tanto (68) en este partido, en el que los primeros goles del Bayer Leverkusen fueron conseguidos por el nigeriano Victor Boniface (25 de penal) y por el suizo Granit Xhaka (60).
Fue el partido número 43 sin perder esta temporada para el Bayer Leverkusen, que presenta unas cifras espectaculares de 38 triunfos y 5 empates.
La cosecha del Werskelf ('Once de la Fábrica', apodo de un equipo fundado por la empresa química y farmacéutica Bayer en 1904) puede continuar en las próximas semanas.
En la Europa League se medirá el jueves en Londres al West Ham en la vuelta de los cuartos de final, después de encarrilar la eliminatoria con un triunfo 2-0 en Alemania. En la Copa de Alemania, el Leverkusen será el gran favorito en la final del 25 de mayo en Berlín contra el Kaiserlautern, una formación de la segunda división.
Esa final de Copa se jugará tres días después de la final de la Europa League en Dublín, en lo que puede ser un broche de oro a una temporada inolvidable.