Dinamarca y Túnez sellaron este martes el primer 0-0 del Mundial de Catar en el juego inaugural del Grupo D, marcado por la presencia del volante Christian Eriksen un año y medio después de sufrir un paro cardíaco en plena Eurocopa que asustó con desterrarlo del fútbol.
En un juego de muchos choques, disputado en el estadio Al Janoub en Doha, daneses y tunecinos fueron incapaces de vulnerar los arcos de Aymen Dahmen y Kasper Schmeichel, de actuaciones destacadas, y firmaron el primer cotejo sin goles en seis partidos jugados hasta el momento en la Copa del Mundo del país árabe.
Aunque voluntarioso, Eriksen tuvo problemas para desactivar el sólido dispositivo defensivo de los norteafricanos, que tuvieron en el atacante Isaam Jebali a su hombre más peligroso.
En su próxima salida, el sábado, Túnez enfrentará a Australia en el estadio Al Janoub de Doha, mientras que ese mismo día, pero más tarde, Dinamarca se batirá con Francia, la diezmada campeona defensora, en el recinto 974 de la capital catarí.
Franceses y australianos juegan este martes en el Al Janoub.
Sin norte
Sin la brújula de Eriksen, titular en su tercer Mundial (Sudáfrica 2010 y Rusia 2018) tras el susto que por nada le hace colgar los botines antes de tiempo, Dinamarca se perdió en la búsqueda de la victoria en la apertura de su sexto Mundial.
El volante del Manchester United, de 30 años, se refundió en medio de la disciplinada defensa de Túnez, que en la primera parte estuvo mucho más cerca de los festejos, incluso sin pasar tanto tiempo en territorio danés.
El nueve tunecino, Jebali, supo explotar sus conocimientos del fútbol de Dinamarca –juega en el Odense BK– para poner a prueba al experimentado Schmeichel: en la primera, en el minuto 23, lo derrotó con un disparo a ras, pero el línea decretó fuera de juego; y en el 43’, el ex Leicester envío al córner con las puntas de sus dedos un intento de bañarlo en un mano a mano.
Schmeichel, de 36 años, ya había contado con suerte, en el 11, cuando Mohamed Drager desenfundó un remate que rozó la escuadra derecha tras haberse desviado en el cuerpo de Andreas Christensen.
Dominio danés
Consciente de que su equipo precisaba un hombre de su perfil, Eriksen intentó mostrarse más en el comienzo del segundo tiempo: se movió por ambas bandas, por el centro del ataque e incluso bajó hasta sus defensores para liderar la salida.
Si bien Dinamarca, semifinalista en la Euro 2021, inquietó más a Dahmen (al atacante Andreas Skov Olsen le anularon un tanto por órsay en el 55’), tuvo líos para quebrar el bloque defensivo tunecino, aún más tras la salida precoz del mediocampista Thomas Delaney, lesionado en el cierre de la primera parte.
Con pocas posibilidades de entrar jugando al área norteafricana, Dinamarca apostó por el juego aéreo (Andreas Cornelius estrelló un cabezazo en el poste en el 71’) y los remates lejanos (Dahmen mandó a la esquina un violento zurdazo de Eriksen desde la media luna (70’) y un derechazo de Cornelius en el descuento).
Apostando todo por el triunfo, el seleccionador danés, Kasper Hjulmand, hizo un triple cambio (65’) que incluyó la salida del capitán, el zaguero Simon Kjaer.
Los europeos pasaron a asfixiar a sus rivales, que pretendieron sacudirse dándole ingreso a su perla Hannibal Mejbri, mientras que su referente, el mediocampista Wahbi Khazri, vio el juego desde el banco.
Los revulsivos, sin embargo, tuvieron poco peso ofensivo, pero ayudaron a que Catar fuera testigo del primer cotejo sin goles.