Argentina ganó el Mundial de Catar 2022 el domingo pasado, tras vencer a Francia en la final a través de los penales, y se coronó campeón del mundo por tercera vez en su historia, junto con Argentina 1978 y México 1986, este último de la mano de Diego Maradona.

Una escena llamó la atención de muchos en todo el planeta: el ex seleccionado argentino Sergio “Kun” Agüero levantando y besando el trofeo.

El ex delantero dejó el fútbol el año pasado debido a una arritmia que le impidió seguir jugando, pero acompañó a su amigo Lionel Messi y a la Albiceleste durante toda la travesía por Medio Oriente, casi como un amuleto.

Debido a esto, y considerando lo que establece la FIFA, el “Kun” habría roto una histórica tradición de la Copa del Mundo. Y es que el trofeo sólo puede ser levantado por los equipos que ganan el Mundial y por los jefes de Estado. Es decir, Agüero no debió tocar la copa y dejar ese honor sólo para los jugadores que en cancha se lo ganaron.

Es más. El ex atacante ni siquiera sumó minutos en las Clasificatorias –primera fase del Mundial– y sólo fue a la banca en el empate 2-2 ante Colombia.

Una licencia que se tomó la Selección Argentina, considerando la historia del jugador con el equipo de su país, y así lo resaltó en redes sociales: “Esta gloria también es toda tuya”.

Además, también tuvo el trofeo en sus manos Antonela Roccuzzo, la esposa de Lionel Messi.

Una réplica para Argentina

Otro aspecto importante que menciona la FIFA en su sitio oficial, es que después de la última restauración que tuvo el codiciado trofeo, en 2005, se decidió no volver a prestar el original a la selección campeona.

¿Qué quiere decir esto? Antes los campeones se lo llevaban y podían exhibirlo en las vitrinas de su federación. Luego debían devolverlo a la FIFA para la siguiente Copa del Mundo.

Pero desde 2006 sólo se permite que el equipo vencedor tenga el trofeo original durante la ceremonia de premiación y luego es recuperado por oficiales de la FIFA.

De esta manera, Argentina –al igual que Italia en 2006, España en 2010, Alemania en 2014 y Francia en 2018– sólo recibió una copa idéntica a la original, como ya sucedía en el pasado, para llevar a casa y celebrar con los millones de fanáticos albicelestes.

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