Seis mil personas podrán asistir el domingo a la final del torneo de fútbol del estado brasileño de Maranhao, en el primer partido con venta de entradas desde que los estadios del país cerraron sus puertas en marzo de 2020 por la pandemia del coronavirus.
Los aficionados podrán colmar hasta el 15% del aforo del estadio Castelão, en Sao Luis –la capital del estado–, para ver el juego de ida de la final del Campeonato Maranhense entre Sampaio Correa (Segunda División) y Moto Club (Cuarta), dos acérrimos rivales regionales.
"El gobierno de Maranhao autorizó la participación de los hinchas en la final del Campeonato Maranhense, en carácter de test (...), desde que el aficionado esté vacunado o presente un resultado negativo para COVID-19 en una prueba hecha hasta 48 horas antes del juego", explicó en Twitter Rogério Cafeteira, secretario de Deportes de la gobernación.
Los asistentes deberán usar mascarilla y guardar distancia. Las barras organizadas no podrán ingresar, explicó Sampaio Correa en un boletín.
La venta de entradas comenzó este jueves, con precios que oscilan entre 70 y 120 reales –entre 10 mil y 16 mil pesos chilenos aproximadamente– con posibilidades de pagar 30 reales y un kilo de comida.
Los compradores serán registrados en una base de datos para hacerles seguimiento tras el partido, agregó la nota del Sampaio Correa.
El ritmo de contagios se ha reducido en las últimas semanas en Brasil, donde la pandemia dejó hasta el momento más de 430 mil muertes y 15,4 millones de infectados, en tanto que la vacunación marcha a paso lento.
Maranhao, con una población de 6,8 millones de habitantes, registra 277.166 casos y 7.644 decesos.
"Si todo sale bien y las personas colaboran, seguramente tendremos un regreso gradual de los aficionados al estadio", aseguró Antonio Américo Gonçalves, presidente de la Federación Maranhense de Fútbol, citado en el texto.
El partido del domingo será el primero en Brasil con entrada paga desde mediados de marzo de 2020.
Para la final de la Copa Libertadores 2020 entre Palmeiras y Santos, disputada el 30 de enero en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, se permitió el ingreso de unas 5.000 personas, entre periodistas, personal logístico y de seguridad, convidados especiales e hinchas invitados por los equipos.