Entre junio y julio de 2018, la historia de Duangpetch Promthep y otros 11 jóvenes futbolistas tailandeses conmovió al mundo.

Las vidas de los jugadores de los "Jabalíes Salvajes" pendieron de un hilo durante más de dos semanas, mientras un grupo de buzos provenientes de todo el mundo intentaba rescatarlos de la cueva de Tham Luang.

La noticia conocida este miércoles de la muerte del joven Duangpetch, que fue hallado inconsciente el domingo en su dormitorio en Leicestershire y falleció en el hospital el martes, ha hecho revivir la odisea que supuso el rescate de los menores y su entrenador.

Mientras el mundo observaba atento, los niños y el entrenador salieron de la cueva uno por uno mientras estaban sedados con la droga ketamina.

Para los chicos, que tenían entre 11 y 16 años, el rescate marcó el comienzo de un nuevo desafío: lidiar con la fascinación de los medios de comunicación internacionales.

Después de seguir su terrible experiencia durante casi tres semanas, periodistas de todo el mundo buscaron cada detalle de la experiencia del equipo.

En 2019, los jugadores acordaron contar sus historias para una serie documental de Netflix de seis partes, luego de que el gobierno tailandés llegara a un acuerdo en el que, según los informes, la familia de cada niño habría recibido US$94.000.

El programa salió al aire el año pasado.

Por otro lado, en 2022 se estrenó Thirteen Lives, una película de Ron Howard protagonizada por Colin Farrell.

El desafío de la atención mediática

El año pasado, Chanin "Titan" Wibunrungrueang, el más joven de los niños, le dijo a la BBC que la atención que recibieron después del rescate había constituido un desafío.

"Al principio fue muy difícil, tuve que adaptarme", afirmó. "Mucha gente sabía de mí y yo no sabía cómo actuar... Me sentía tenso cuando estaba frente a la cámara o cuando me entrevistaban".

Cuatro años después, Titan todavía juega al fútbol en una academia dirigida por Ekkapol Chantawong, el entrenador atrapado con los chicos.

Chantawong tenía solo 25 años en ese momento. El entrenador, quien había sido monje, ayudó a los niños a mantener la calma y minimizar el aire que consumían enseñándoles técnicas de meditación.

En el momento del rescate, Chantawong y tres de sus jugadores, incluido Monkol Boonpiam, el último niño rescatado de la cueva, eran apátridas, a pesar de haber nacido en Tailandia.

Sin embargo, se les concedió la plena ciudadanía tailandesa en los meses siguientes.

Después de escapar de la cueva, Chantawong creó su academia de fútbol para ayudar a los niños tailandeses a alcanzar su potencial.

"Estoy muy orgulloso, porque algunos de los niños están logrando sus metas", el dijo a la BBC en julio. "Algunos de ellos quieren ser futbolistas profesionales y jugar al más alto nivel".

Chantawong agregó que está a disposición de otros para brindarles una salida mientras "completaban su educación".

Uno de los jugadores era Adul Sam-On, el único miembro del grupo que hablaba inglés.

Adul saludó al equipo internacional de buceo cuando atravesaron la cueva y transmitió las instrucciones a sus compañeros de equipo.

El año pasado, el diario The New York Times informó que Adul, quien habla cinco idiomas, estudia en Nueva York con una beca completa.

Su tío abuelo y tutor, Go Shin Maung, contó al periódico que su sobrino quería trabajar para Naciones Unidas.

"Los muchachos siguen su propio camino", le dijo al diario. "Algunos seguirán sus estudios y otros seguirán el fútbol. Todavía chatean y se envían mensajes entre ellos, compartiendo sus experiencias".

Según su Instagram, Phonchai Khamluang, uno de los compañeros de equipo de Adul, jugó fútbol profesional con el Chiangrai Lanna en la tercera división tailandesa.

Homenaje a "Dom"

Otros niños todavía están involucrados en el deporte en varios niveles. Al igual que Duangpetch Promthep, el joven que fue encontrado inconsciente y murió en Leicestershire el martes.

"Dom" era la estrella y capitán destacado del equipo cuando quedó atrapado, con tan solo 12 años.

En agosto pasado, su talento fue reconocido tras ganar una beca para unirse a la Academia de Fútbol de Brooke House College, en Reino Unido.

El equipo cuenta con exalumnos repletos de estrellas, incluidos Jesse Sekidika, que pasó a jugar para los gigantes turcos Galatasaray, y Kelvin John, del lado belga Genk.

"Hoy mi sueño se ha hecho realidad", escribió Dom en Instagram cuando se anunció su beca.

Sus excompañeros homenajearon su talento y popularidad.

"Me dijiste que esperara y te viera jugar para la selección nacional", escribió Prachak Sutham, quien estuvo atrapado en la cueva con Promthep. "Siempre creí que lo harías".

Si bien la tragedia de esta semana ha renovado la atención sobre los "Jabalíes Salvajes", es poco probable que concedan nuevas entrevistas.

"No tienen complejos sobre lo que pasó", le dijo el año pasado a The New York Times Vern Unsworth, un explorador de cuevas que ayudó a reclutar al equipo de rescate.

"No se han puesto en un pedestal. Se han mantenido muy discretos. Solo han tratado de seguir adelante con la vida lo mejor que pueden".

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