La atleta bielorrusa Krystsina Tsimanuskaya asegura sentirse a salvo en Polonia, donde ha sido acogida tras negarse a regresar a su país temiendo "la cárcel o un hospital psiquiátrico", en una entrevista que publica este viernes el diario El País.
"Aquí estoy bajo la protección de las autoridades polacas y de la diáspora bielorrusa. Estoy sana, fuerte, pero aún conmocionada", dijo Tsimanuskaya en una entrevista con tres diarios europeos, entre ellos, El País.
"No entiendo nada de lo que está sucediendo", afirmó la atleta, que fue amenazada con una repatriación forzada a Bielorrusia, después de haber criticado a las instancias deportivas de su país. Tsimanuskaya afirmó que sintió temor por lo que podría ocurrirle cuando volviera a su país cuando la llevaron al aeropuerto, después de que miembros del Comité Olímpico Bielorruso le dijeran que "si me resistía, actuaría en contra de la voluntad de las autoridades, porque la decisión venía de representantes de los niveles superiores, me esperaban graves consecuencias".
Al mismo tiempo, los medios bielorrusos la presentaban como "una persona desequilibrada", relata, afirmando que "mis padres me dijeron que no debía volver a Bielorrusia en este momento. Les creí. Incluso pensé que alguien pudo contactar con ellos y advertirles de que me esperaban problemas si regresaba".
Entre esos "problemas", Tsimanuskaya apunta a "la cárcel o un hospital psiquiátrico. La gente no sale de ellos fácilmente". La atleta se declara sorprendida por la repercusión de una publicación en redes sociales, en la que criticaba la decisión de apuntarla en una prueba atlética que no era la suya.
"Aquello no era un manifiesto político. Sólo expresé mi indignación por la decisión de los entrenadores y los funcionarios bielorrusos de apuntarme para participar en una disciplina para la que nunca he entrenado en mi vida", dijo a El País.
"Tampoco esperaba que un asunto deportivo se convirtiera en un escándalo político internacional", afirmó la atleta, quien, no obstante, si cree que es difícil expresarse libremente en su país. "Los deportistas se piensan mucho qué van a decir en Bielorrusia porque puede haber consecuencias desagradables. Yo no me contuve esta vez... afortunada o desafortunadamente", afirmó Tsimanuskaya, que ha visto esfumarse su sueño olímpico.
"Estoy muy triste por ello. Me arrebataron mi oportunidad. Me preparé para participar en los Juegos durante cinco años (...) tenía un objetivo: correr los 200 metros lo mejor que pudiera. Sólo quería eso. Eran mis primeros Juegos Olímpicos y me los quitaron", añadió.
La atleta, que cree que "en la situación actual no puedo volver a Bielorrusia, hablará con el Comité Olímpico Polaco, para ver si puede seguir su carrera en el país que la ha acogido.