Chelsea se coronó campeón del Mundial de Clubes el sábado pasado tras vencer en la final al Palmeiras.
El partido, que se disputó en el Estadio Mohammed Bin Zayed de Abu Dabi, en Emiratos Árabes Unidos, terminó 1-1 tras los 90 minutos reglamentarios, con anotaciones de Romelu Lukaku (54’) para los Blues y de Raphael Veiga (64’) para el Verdão.
En la prórroga, a los 117’, vino el momento clave del partido, cuando Kai Havertz anotó de penal el gol del triunfo para el último campeón de la Champions League.
Sin embargo, el remate desde los once metros estuvo marcado por la acción previa del capitán del Chelsea, el español César Azpilicueta.
El defensor tomó el balón antes del disparo e hizo creer a los jugadores del Palmeiras que él remataría, acaparando todos los comentarios y provocaciones del elenco brasileño.
Con esta clase de astucia Azpilicueta liberó de esa presión a su compañero, quien recién tomó la pelota cuando los jugadores del Palmeiras ya habían abandonado el área. El alemán se paró frente al arco y envió su remate al fondo de la red para convertir al Chelsea en campeón del mundo.