Por AFP
El viento se ha convertido en protagonista de los Juegos Olímpicos de Pyeongchang 2018, al punto de obligar a retrasar las dos pruebas de esquí alpino que estaban programadas el domingo y el lunes.
Ráfagas de hasta 100 kilómetros por hora en la salida obligaron a los organizadores a aplazar el lunes el gigante femenino y reprogramarlo para el jueves, el mismo día en que se disputará el descenso masculino, que a su vez había sido retrasado el domingo.
El programa de esquí alpino será especialmente denso el jueves en las pistas de Yongpyong, reservadas a las pruebas técnicas, y de Jeongseon, la pista de las pruebas de velocidad.
"Estoy un poco sorprendida. Nos habían dicho que el gigante olímpico iba a celebrarse (...) Yo estaba muy metida. Poco importa el viento que pudiera haber afuera, yo estaba lista", lamentó la francesa Tessa Worley, doble campeona del mundo (2013 y 2017).
Romain Velez, jefe técnico del equipo femenino francés, explicó que si bien las condiciones de la nieve eran más bien buenas, había demasiado viento.
"Era peligroso ya que los banderines agarran vuelo. Claramente, esto podría hacer que la carrera no fuera limpia. Es una decisión sabia", agregó.
Aún quedan dos días de reserva en los que reubicar las pruebas de esquí alpino durante estos Juegos. Pero el tiempo comienza a apremiar y cualquier nueva incidencia podría suponer un quebradero de cabeza para organizadores, deportistas y público.