Desde el 14 de junio hasta el 15 de julio el Telstar 18 será el balón oficial que rodará en el Rusia durante la cita planetaria. Pero esta pelota se suma a una larga lista de balones oficiales de los respectivos mundiales, de los cuales algunos han sido muy polémicos debido a sus cambios.

En el primer Mundial, Uruguay 1930, la pelota utilizada era de origen argentino y se llamaba “12 paneles”. Eran de tiento, con gajos o capas rectangulares y en su interior tenía una vejiga. Es un diseño que se utilizó en todos los partidos de esa Copa del Mundo.

En el Mundial que organizó Chile en el año 1962, se dio a conocer Crack. Con esta pelota se aumentaron a 18 paneles, lo que la hizo extremadamente pesada y difícil de jugar. Además, presentó algunos problemas de presión. 

La Tango de Argentina 1978 incluyó motivos artísticos en sus gajos. Fue utilizada en la mayoría de los mundiales posteriores aunque con varias mejoras. En España 1982 se combinó el cuero y el poliuretano, lo que la hizo impermeable.

Estados Unidos 1994 marcó una nueva etapa con pelotas diseñadas en laboratorios. Con su espuma blanca de polietileno compacto por fuera, la Questra poseía mallas de estabilidad, espuma de polietileno y mallas de fibra trenzadas.

En Corea-Japón 2002 fue la Fevernova la pelota que con tres capas tejidas tuvo una trayectoria de vuelo más precisa. Aunque los arqueros se quejaron por lo resbalosa que era.

Por su parte la Teamgeist de Alemania 2006 disminuyó la cantidad de gajos en relación a sus antecesoras, lo que permitió una superficie más suave para rematar. También implicó uno de los cambios visuales más notables hasta esa fecha.

La Jabulani, que se eligió para el mundial de Sudáfrica 2010, llegó con polémica. Confeccionada con láminas de supercabonato, ganó precisión. Era más esférica y más difícil de frenar. Pero los jugadores, no solo del mundial, la cuestionaron por ser muy liviana.

En el último Mundial la protagonista fue la Brazuca, que alcanzó un nuevo desarrollo en pelotas de fútbol. Tenía seis paneles de poliuretano que se unían para mantener el mismo peso y la misma redondez incluso en la lluvia más gruesa.

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