El nombre de Lance Armstrong es recordado en el mundo del ciclismo como uno de los grandes campeones de la historia de este deporte pero a la vez como el de un atleta que uso el dopaje durante toda su carrera para llegar a la cima.
La intachable trayectoria del estadounidense, quien ganó siete veces el Tour de Francia y superando en el camino un cáncer de testículo, lo dejaban como la máxima leyenda del ciclismo.
Sin embargo, todo cambió cuando empezaron a surgir acusaciones de dopaje contra el estadounidense que lo terminaron por hundir. Tras comprobarse que Armstrong se dopó sistemáticamente por lo menos desde 1998, en 2012 le fueron despojados todos sus títulos y fue sancionado de por vida para no practicar nunca más el ciclismo profesional. Además, debió enfrentar extensos juicios que le hicieron perder casi todo su patrimonio, uno de ellos con el Gobierno de Estados Unidos, al que tuvo que pagarle 5 millones de dólares por patrocinios durante su carrera
A pesar de todo lo ocurrido, Armstrong no se fue a la ruina y lo logró gracias a un inesperado salvavidas: Uber. ¿Cómo así? En una entrevista con CNBC reproducida por El Mundo el ex ciclista explicó que en 2009, tres años antes de que le despojaran de todos sus títulos, invirtió en el servicio de transporte de pasajeros que en ese momento costaba una parte ínfima de su actual valor.
El otrora deportista explicó que compró acciones por 100 mil dólares (poco más de 67 millones de pesos) en la empresa que ahora, tras su masificación por todo el mundo, cuesta 120 mil millones de dólares, situación que le ha hecho ganar millones: "Salvó a nuestra familia", dijo.
Si bien Armstrong no quiso especificar la cantidad de dinero que le hizo ganar Uber, si dio indicios de un monto luego de que el entrevistador le preguntaba si hablaba de cifras "10, 20, 30, 40 o 50 millones de dólares", diciendo que se trataba de una de ésas y que era "demasiado bueno para ser verdad".