Todo el mundo está encantado con el cuento de hadas asociado con el triunfo del Leicester City en la Liga Premier, pero cuántos saben que tuvo en parte que ver con germen de remolacha y cámaras criogénicas a -135° C.
A pesar de que la transformación del equipo de fútbol -que pasó de candidato a relegación a la cima- se ha planteado como una fantasía, la realidad es que el cambio fue mucho más producto del cálculo.
Es seguro que los dueños diligentes, lo reclutadores recursivos y el técnico efervescente jugaron un papel importante.
Pero la cuidadosa aplicación de una innovadora ciencia deportiva y un equipo médico al proceso de toma de decisiones creó un modelo perfecto para el éxito.
Por supuesto que Leicester no es el único equipo de la Liga Premier que usa tecnología de punta pero la inclusión de germen de remolacha para mejorar el rendimiento y las cámaras criogénicas para estimular la recuperación lo separan del resto.
La diferencia clave está en cómo el director técnico Claudio Ranieri integra la tecnología en sus planes.
"Muchas veces, los técnicos no prestan atención", comentó a la BBC el exentrenador de condición física del Liverpool Darren Burgess.
¿El resultado? Un equipo que ha sufrido el menor número de lesiones, según el sitio Physioroom.com, y que utilizó menos jugadores esta temporada que cualquier otro equipo de la liga.
Es una situación óptima para un equipo con recursos relativamente limitados que aplica un juego de contraataque rápido.
Menos lesiones y menor uso de jugadores le ha permitido a Leicester emplear las tácticas de Ranieri a la perfección.
Muchos esprints, pocas lesiones
Cuando Ranieri fue designado el verano pasado, los dueños del club dejaron en claro que el personal de trastienda que había heredado del saliente técnico Nigel Pearson era confiable.
"Quedó muy sorprendido con la manera que trabajamos a los jugadores aquí", dijo el técnico asistente Craig Shakespeare.
Ya muy influyentes bajo el mando de Pearson, el personal comprobó ser mucho más importante para el equipo de Ranieri conformado en base a la velocidad.
Según el sitio de datos deportivos Opta, los campeones han realizado más contraataques y marcado más goles de contraataque que cualquier otro equipo esta temporada.
Para lograrlo, los jugadores debieron ser entrenados para correr tramos de aceleración, o esprints, repetidamente sin que sus cuerpos fallaran.
El delantero Jamie Vardy, que registró la mayor velocidad en la Liga Premier esta temporada con 34,44 km/h, y puede correr hasta 500 metros en esprints por juego, es el mejor ejemplo.
Primero, deben desarrollar fuerza en los músculos isquiotibiales (parte posterior del muslo), que logran a través de una máquina de ejercicios especialmente diseñada para levantar entre 350 y 500 kilos.
También tienen un equipo llamado NordBord, que les permite medir la fuerza de los isquiotibiales, algunas veces realizando los ejercicios en el camerino, después de los partidos.
Hacia el fin de la semana, los jugadores también hacen prácticas repetitivas de esprints para exponerlos a velocidades máximas.
El entrenador de fuerza y acondicionamiento de Leicester, Matt Reeves, explicó en un podcast a principios de la temporada: "Datos de GPS revelaron que, aunque jugamos en espacios más grandes para permitir a los jugadores alcanzar mayores velocidades, tiene que ver más con las circunstancias. Un zaguero central podría acelerar persiguiendo un balón pero, sin eso, no estaría suficientemente expuesto".
Así que, típicamente los jueves, cuando los jugadores pueden estar cansados después de entrenar, se les coloca en fila para hacer un esprint de 40 metros.
Esto podrá sonar como una receta para lesiones pero es exactamente lo opuesto.
Sin esa exposición, los jugadores están en riesgo durante los partidos y las pocas lesiones de tejido blando que ha tenido Leicester sugieren que el método funciona.
También está el jugo de remolacha. De acuerdo a científicos de la Universidad de Exeter, su consumo mejora el desempeño de cortas aceleraciones y toma de decisiones.
Aunque el estudio encontró que la mejoría es relativamente baja, de un 3,5%, esepequeño margen podría ser suficiente para que alguien como Vardy alcance un pase cruzado antes que un defensa.
Control obsesivo
La prematura salida del Leicester de otras competencias en esta temporada, así como no tener que jugar torneos en Europa, le dio a sus entrenadores mayor ventaja sobre los otros equipos en la cima de la tabla para planear los entrenamientos de la semana con mayor control.
También significa que los jugadores no entrenaban tanto y disminuían el riesgo de lesionarse.
Puede parecer obvio pero la decisión de Leicester de permitir un período de recuperación de 48 horas después de cada partido y de tener un día libre a mediados de la semana, es un horario que no siempre siguen los otros clubes.
Todo es controlado, incluyendo la densidad de la cancha para ver si es muy dura o suave y adaptando la duración de las sesiones de acuerdo.
Entretanto, el movimiento de cada jugador es monitoreado a través de un chaleco especial con GPS, que registra cuánto ha corrido, nivel de intensidad, aceleración, desaceleración y cambios de dirección.
Si jugadores con velocidad explosiva como Vardy han entrenado muy intensamente y deben ser retirados de ciertas sesiones, Ranieri está dispuesto a escuchar a los expertos que lo rodean.
"Algunos técnicos obtienen buenos resultados sin recurrir a este tipo de control", reconoció Darren Burgess. "Pero no está de más contar con buenos datos para ayudar a dirigir a los jugadores, particularmente si juegan un juego de alta presión".
Además de esto datos objetivos, los jugadores del Leicester también llenan un cuestionario diario en un iPad.
Se les pregunta cómo se sienten físicamente después del entrenamiento del día anterior, de manera que si varios tienen una queja similar de un ligero resentimiento muscular en los cuádriceps, por ejemplo, el equipo puede hacer ajustes para el próximo entrenamiento y evitar el problema.
El cuestionario también quiere saber cómo durmió el jugador y si tuvieron alguna perturbación, para poder cambiar lo que comen y beben, y asegurar que tengan elmejor descanso posible.
"Uno se puede dejar llevar por toda esa información objetiva cuando, algunas veces, lo mejor es preguntarle al jugador cómo se siente", dijo Reeves. "Abordamos esto de una manera muy holística y tratamos de hacerlo más personal a través de un entendimiento clave de cada individuo".
Tecnología de la era espacial
Cuando Vardy se lesionó la cadera en noviembre, pareció que su racha de goles en juegos consecutivos terminaría. El hecho de que continuó jugando se debe a una cámara helada de crioterapia, en las que los jugadores están expuestos a temperaturas de 135° centígrados bajo cero por hasta cuatro minutos.
"Es absolutamente congelado pero te ayuda en la recuperación, así que muy bien por el club que lo haya conseguido", comentó Vardy. "No creo que ni los hombres más listos del mundo entenderían el nombre de las cosas que me están haciendo pero han estado trabajando conmigo toda la semana".
La cámara funciona como un baño de hielo, con la sangre que se retrae hacia el corazón antes de que nueva sangre oxigenada irrigue los músculos de jugador.
Debido a que afecta a todo el cuerpo, es mucho más efectiva, especialmente cuando hay poco tiempo entre los partidos, explicó el jefe de fisioterapia Dave Rennie.
"A los jugadores les gusta porque es a base de hielo seco que no irrita tanto la piel como los baños de hielo", señaló Reeves.
"Frecuentemente, los jugadores después salen caminando por el corredor con paso ligero y sintiéndose bien consigo mismos. También tiene un efecto secundario con el sueño esa noche y la siguiente".
El equipo médico de Leicester también acelera el proceso de recuperación usan bolsas de hielo para masajear a los jugadores.
"Suena raro pero baja la temperatura del cuerpo y ofrece el mismo estímulo que un masaje mientras le agrega una gran mancha roja a la piel del jugador", añadió Reeves. "Para ellos significa una señal visual de que el proceso de recuperación ha iniciado".
"La fiesta ha sido en la cancha"
Rainieri ha logrado que sus jugadores se mantengan concentrados, ya sea remunerándoles con pizza si mantienen el arco a cero o no mencionando las posibilidades del título hasta los partidos finales.
El psicólogo de desempeño de Leicester, Ken Way, dijo a la BBC: "Hay dos psicólogos en el club. Yo soy uno y el otro es Claudio. La manera que les ha hablado a los jugadores es exactamente la misma que cuando se dirige a los medios. Todo se trata de concentrarse en el proceso y no el resultado y algunos de los dichos que usa me dejan boquiabierto".
Way le da el crédito a Pearson de haber armado el equipo de trastienda, donde se fomenta una cultura donde los jugadores son responsables de sus propias acciones.
Los resultados de los esprints se les presentan al grupo en conjunto, las tablas de los partidos de cinco contra cinco se publican y los jugadores observan videos del desempeño de cada uno.
"Se trata de empoderar a los jugadores para que tomen decisiones propias en lugar de imponerles algo", dijo Reeves. "Eso ayuda con la cultura de grupo y el espíritu de lucha".
Los jugadores también se han estado divirtiendo. "Evitar la relegación la temporada pasada causó mucha presión", expresó Way. "Eso se redujo a medida que corría esta temporada. Lo mismo con el personal. Cuando le ganamos 3-1 a Manchester City, todos comentábamos riéndonos: '¿Qué podría realmente pasar esta temporada?'".
Las celebraciones en la casa de Vardy cuando finalmente ganaron el título dejaron entrever los lazos que existen dentro del equipo. Eso no es nada nuevo.
Way señaló que las grandes personalidades como Wes Morgan, Christian Fuchs, Robert Huth y Vardy han sido esenciales para la ética de equipo, ya sea pateando balones de fútbol en la cancha de entrenamiento o rompiéndose huevos en la cabeza en un juego de ruleta de huevos.
"Los aficionados cantan que Jamie Vardy ha estado de fiesta toda la temporada pero, aunque los jugadores toman su trabajo en serio, ha habido una fiesta en la cancha de entrenamiento también. Todos se han divertido en el proceso".
¿Segirán los otros el ejemplo de Leicester?
Datos de GPS, baños de hielo y esprints no son nada revolucionarios en un deporte que actualmente emplea más científicos del deporte que nunca.
Pero lo que han hecho los equipos de trastienda del Leicester es unirse para convertir el club en ganadores, a pesar de estar compitiendo contra otras organizaciones con muchos más recursos.
"Es un sistema de tres frentes con los equipos de ciencia deportiva y medicina, el departamento de dirección técnica y los jugadores uniéndose bajo el entendimiento de los que queremos lograr", dijo Reeves.
Por su parte, Burgess añadió: "Muchas veces la ciencia del deporte no reconoce su propio potencial pero hemos visto los resultados de Leicester y me sorprendería muchísimo si otros equipos no siguen el ejemplo".
"Este es una de los logros más grandes del mundo deportivo y, ojalá, cambie algo de la filosofía del fútbol sobre el impacto que puede tener una buena ciencia del deporte".