AFP

Sao Paulo venció 1-0 este miércoles a su compatriota Atlético Mineiro en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores de América 2016, en un encuentro disputado en el estadio Morumbí.

En un mal partido en el que el juego brusco primó por encima del buen fútbol, y en el que se vieron hasta 10 tarjetas amarillas, tuvo que aparecer al final un tocado Michel Bastos, que había arrancado el choque en el banco para, con un cabezazo (78), marcar el único tanto del partido.

El encuentro arrancó con una espesa niebla que sobrevolaba el pasto del imponente Morumbí. Las bengalas inundaban las gradas y su humo vestía un campo lleno para tan marcada ocasión.

Nadie asumía riesgos. Todos permanecían más pendientes de no cometer errores que de crear ocasiones de gol. Un par de cabezazos tímidos fuera de Ganso fue lo único destacable del Sao Paulo antes del descanso.

El primer tiro a portería, no obstante, llegó con una falta lejana a los 27' de los visitantes. Pasó el tiempo y el corazón de los aficionados se detuvo momentáneamente en los 34' al marcar Lucas Pratto el 0-1 que el árbitro anuló por fuera de juego.

Las malas noticias se sucedieron para el Atlético Mineiro, que perdió instantes después a su estrella, Robinho, por una lesión (36'). Otra gran noche continental que el ex astro del Real Madrid se perdía con más pena que gloria.

El descanso pareció espolear a los locales, que se adueñaron del balón y a punto estuvieron de abrir el marcador en un córner botado por Ganso (60'). 

El Tricolor ganaba terreno pero sólo inquietaba a pelota parada mientras que el Mineiro sólo lo conseguía con lanzamientos muy lejanos de Urso. Con este panorama, el técnico argentino Edgardo Bauza confió en Michel Bastos, con problemas físicos, y el poderoso extremo izquierdo revolucionó el partido.

A los 66 tuvo el desempate con un potente zurdazo que se marchó fuera y, en el 78, con la cabeza en una jugada a balón parado lanzada perfectamente por Wesely, no perdonó para algarabía de los más de 61.000 espectadores que estallaron de júbilo.

Tanto fue así que la celebración se vio interrumpida cuando se rompió una baranda y las asistencias médicas tuvieron que atender a varias personas con heridas leves, deteniendo el juego varios minutos.

La vuelta, el próximo miércoles, dirimirá quién es el único brasileño que sigue vivo en la Copa. El ganador de la serie se enfrentará en semifinales con el vencedor del duelo entre el colombiano Atlético Nacional y Rosario Central, que se verán las caras este jueves en Argentina.

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