AFP

Norteamérica en la "pole position" de los favoritos pero sin descuidar posibles alternativas: el Mundial de fútbol de 2026, que será el primero de la historia con 48 equipos, según decidió la FIFA el martes, no conoce todavía su sede pero hay varias posibilidades que parecen con opciones.

La fórmula de la fase final será revolucionaria (16 grupos de 3 equipos antes de unos dieciseisavos de final), pero no cambiará el número de días de la competición (32). Se jugará en 12 estadios, como el Mundial de Rusia 2018, subrayó el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, gran impulsor de esta reforma.

La elección del país anfitrión, prevista para mayo de 2020, tiene como primer condicionante el principio de rotación: la FIFA anunció el pasado mes de octubre que el organizador del Mundial de 2026 no saldría de una de las confederaciones que hayan albergado las dos últimas ediciones, es decir, ni de la UEFA (Europa, Rusia en 2018), ni de Asia (Qatar en 2022).

Un país europeo podría sin embargo ser el elegido "en el caso de que ninguna de las candidaturas recibidas responda a las exigencias técnicas y financieras", precisó el Consejo de la FIFA.

China, potencia emergente en el fútbol y cuyo presidente Xi Jinping tiene como reto que su país albergue y llegue a ganar algún día el torneo, tendrá que esperar a una fecha posterior.

En mayo de 2015, altos responsables chinos habían hablado de una posible candidatura para albergar el Mundial de 2026 o 2030.

Dúo o trío norteamericano

Con Europa y Asia descartadas, Sudamérica podría tener su opción, pero parece que los esfuerzos están más dirigidos al proyecto de que Argentina y Uruguay alberguen conjuntamente el Mundial de 2030. Será la Copa del Mundo del centenario, cien años después de la primera edición, que tuvo lugar en Uruguay en 1930.

Por ello parece que Norteamérica es el continente con más opciones.

"Una candidatura de Estados Unidos, puede que junto a Canadá, o incluso con México, sería una bonita candidatura", estimó a la AFP Jean-François Brocard, investigador del Centro de Derecho y Economía del Deporte (CDES) de Francia.

La organización conjunta se admite de nuevo e incluso ha sido incitada por Infantino, por lo que un trío norteamericano "es una posibilidad", confirmó Victor Montagliani, el presidente de la Federación Canadiense y de la Concacaf (América del Norte, Central y Caribe), que ya vivió un éxito organizativo con el Mundial de fútbol femenino en Canadá en 2015.

La Concacaf es la confederación para la que la organización de un Mundial se remonta más en el tiempo (Estados Unidos 1994), sin tener en cuenta Oceanía, que nunca ha sido sede. Además los tres países cuentan con las infraestructuras necesarias.

México había anunciado en marzo del pasado año su intención de ser sede del Mundial, a través del presidente de su Federación, Decio De María. En el recuerdo de todos están dos Copas del Mundo memorables que tuvieron lugar en el país azteca, la de 1970, considerada habitualmente como la más bonita con el mítico Brasil de Pelé, y la de 1986, la que ganó Diego Maradona con Argentina.

Estados Unidos, que fue candidato sin éxito para acoger el Mundial de 2022, atribuido a Qatar en circunstancias controvertidas, también estaría interesado en ser sede de 2026.

¿Un anti-efecto Trump?

En contra de los estadounidenses podría estar la imagen internacional de su nuevo presidente, Donald Trump, con su perfil aislacionista y proteccionista, así como las declaraciones sobre migración que tanto dolieron en México.

¿Y qué ocurre con Australia? El gran país de Oceanía pasó a disputar las competiciones de la zona asiática (AFC) en 2006, pero Oceanía es el único continente que nunca ha visto un Mundial absoluto de fútbol en su suelo.

Otra opción sería Marruecos, un eterno candidato cuando se mira hacia África. Aspiró sin éxito para ser sede de cuatro Mundiales (1994, 1998, 2006, 2010) y en África, una vez que Sudáfrica fue sede en 2010, parece la única opción creíble de su continente.

En septiembre y en noviembre de 2016, Infantino declaró que Marruecos tendría "todos los medios para organizar un Mundial".

Pese a ellos, hay puntos en contra: un nivel de estadios todavía insuficiente, su rechazo de última hora a la sede de la Copa de África de 2015 por temor al ébola y una imagen lastrada por sospechas de corrupción en anteriores candidaturas.

Publicidad