AFP
El detenido futbolista Jonathan Fabbro, nacido en Argentina y nacionalizado paraguayo, fue procesado con prisión preventiva y embargado por la justicia argentina por presunto abuso sexual de su pequeña ahijada, informó este martes una fuente judicial.
Fabbro, de 36 años, militaba en Lobos BUAP de México, de donde fue extraditado a principios de mayo tras haber sido detenido el 20 de diciembre del año pasado en el estado de Puebla, a pedido de la justicia argentina.
Además de tener que esperar en prisión su juicio, fue embargado por tres millones de pesos (117.000 dólares) por el juez de primera instancia Santiago Quian Zavalía por abuso sexual agravado por el vínculo a su ahijada de 11 años.
Según la acusación, la niña habría sido abusada al menos cinco veces por Fabbro. Los hechos habrían ocurrido entre 2015 y 2017.
El jugador fue procesado por el delito de "abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante, agravado por haber sido perpetrado por una persona con parentesco con afinidad y encargado de la guarda de la niña, cometido de forma reiterada (cinco hechos), con concurso ideal con corrupción de menores", según el fallo publicado por la agencia Noticias Argentinas.
Consultado por el sitio Infobae, el abogado querellante Gastón Marano celebró la decisión judicial porque "da un paso en pos de que se haga justicia, va a ayudar a que la niña pueda sanar progresivamente", sostuvo.
Fabbro defendió los colores de la selección de Paraguay. En Argentina jugó para Boca Juniors y River Plate, siempre como volante ofensivo.
Actuó también en Once Caldas de Colombia, Guaraní y Cerro Porteño de Paraguay, Mineiro de Brasil, Universidad Católica de Chile y Chiapas de México.
Al llegar al país a principios de mayo, declaró ante la justicia durante varias horas y quedó detenido. Su pareja, la modelo paraguaya Larissa Riquelme, lo defendió ante las cámaras.
En el expediente se incorporaron fotos de supuestos chats de la niña con su padrino así como una declaración por cámara Gesell, utilizada con menores, en la que los niños declaran ante psicólogos sin saber que son escuchados por el juez.