Con 207 federaciones votantes, hacían falta 138 para que el nuevo presidente fuera elegido en la primera ronda y 104 (la mayoría simple). Sin embargo eso no ocurrió.
Terminada la primera vuelta de los votos en el Congreso FIFA, las cosas quedaron con Infantino con 88 votos, que le entregan el mayor favoritismo para ser el elegido. Tres menos tuvo el Jeque Salman (Baréin) y mucho más abajo apareció el Príncipe Alí Hussein con 27 sufragios. Jerome Champagne se quedó con 7 votos.
Con estos resultados, se tuvo que ir a una segunda vuelta, pero con Infantino y Salman como favoritos en la papeleta que nuevamente las 207 federaciones tuvieron que rellenar para elegir a sus favoritos.
La previa a los sufragios
Antes de la primera votación, cada candidato tuvo quince minutos para enviar un mensaje a las federaciones nacionales.
Infantino incidió en la cuestión económica y en su plan de destinar un 25% de los ingresos de la FIFA a las federaciones nacionales.
Salman, por su parte, puso el acento en su experiencia como presidente de la Confederación Asiática de Fútbol (AFC), que atraviesa también un grave momento de crisis institucional cuando pasó a dirigirla en 2013.
El camerunés Issa Hayatou, presidente interino de la FIFA, había realizado por su parte el discurso de apertura del Congreso afirmando que "vivimos un nuevo capítulo y nos lanzamos con determinación por un camino de cambio", señaló.
Antes de la votación se aprobó el paquete de reformas en las que venía trabajando la FIFA en los últimos meses, para mejorar la transparencia y reformar su forma de gobierno.
Los nuevos estatutos fueron aprobados con 179 votos a favor, 22 en contra y 6 abstenciones.
Esas reformas apuntan principalmente a mejorar el gobierno con una limitación a 12 años de los mandatos acumulados del presidente y un control de la integridad de los miembros elegidos.