Brasil -y su fútbol- viven días de escándalo por la ola de críticas que desató el fichaje del arquero Bruno Fernandes de Souza por el equipo de segunda división Boa Esporte de la ciudad de Varginha, en el sur del país.

Bruno, en su momento estrella del Flamengo de Río de Janeiro, salió recientemente de la cárcel tras 7 años de encierro por el macabro asesinato en 2010 de la modelo Eliza Samudio, una examante que le reclamaba que reconociera la paternidad de su hijo y le diera una pensión.

El cuerpo de Samudio nunca fue hallado porque los autores del crimen se lo dieron de comer a unos perros.

Y pese a que el arquero negó haber dado la orden de que mataran a la mujer, fue condenado en 2013 a 22 años de prisión.

Al poco de ingresar en la cárcel, el futbolista presentó un recurso contra la condena y el retraso de la justicia, que sigue sin resolver el caso, llevó a un juez a ordenar su puesta en libertad provisional a la espera de la apelación.

El pasado 10 de marzo, pocos días después de recuperar su libertad, Fernandes firmó un contrato de dos años con el club de segunda división Boa Esporte. Y la contratación disparó la polémica.

"Boa Esporte no es responsable por la liberación del jugador. Bruno tuvo un juicio justo y, nos guste o no, fue dejado en libertad bajo los términos de la justicia brasileña", explicó el club en un comunicado en su página oficial.

"Lo único que queremos es darle una oportunidad a un ser humano que está buscando recuperarse", añadió.

Rechazo social

Varios patrocinadores del Boa Esporte como la empresa Gois y Silva o el supermercado Kanxa, entre otros, retiraron sus patrocinios del equipo.

Mientras que miles de seguidores del equipo dejaron ver su descontento con la decisión.

"Lo que está haciendo el club no es la reintegración de una persona a la sociedad que no ha tenido oportunidades y que tuvo que cometer un crimen", escribió Fabio Rohde en la página de Facebook del club.

"Bruno no está arrepentido por lo que hizo, que fue terrible y a sangre fría. Pero ustedes están asegurándose lo que quieren: la atención de los medios", agregó.

A pesar de la presión y el retiro de los patrocinios, el equipo se ha sostenido en su posición señalando que quiere ayudar a una persona que "busca recuperar su vida".

Pero cuando llegó el momento de hablar sobre el tema, el portero decidió no referirse al caso de Samudio.

"Quiero ayudar a Boa Esporte a llegar a la primera división. Muchas veces pensé que no lo iba a lograr (volver a jugar fútbol), pero no podía tirar la toalla. Mi esposa no lo iba a permitir", explicó el jugador en una rueda de prensa.

"Estoy muy feliz por la oportunidad que me han dado. La gente ha presionado mucho por lo que pasó antes. Pero Boa Vista me está abriendo las puertas. Estoy muy feliz por esto", agregó.

A mediados de 2016 el jugador se casó con Ingrid Calheiros, quien había conocido cuando se adelantaba un juicio en su contra.

Esperar la apelación

Tras la decisión del magistrado Marco Aurelio Melo, quien fue el que ordenó la libertad de Fernández de Souza, se espera que el tribunal de Justicia de Minas Gerais, en el sur del país, se pronuncie sobre la apelación del jugador.

Durante el juicio, Bruno relató que la mujer fue secuestrada, asesinada y descuartizada, y sus restos dados como comida a unos perros. Pero el arquero aseguró que él no dio la orden aunque no hizo nada para evitarlo. "No lo sabía, no lo ordené pero lo acepté", llegó a decir.

El futbolista fue condenado bajo cargos de homicidio calificado, secuestro y ocultación de cadáver de Eliza Samudio, quien tenía 25 años.

"El acusado actuó como una persona violenta, fría y disimulada para articular la trama diabólica", dijo la jueza que atendió el caso.

El futbolista decidió apelar la sentencia y pidió la anulación de la condena por fallas en el proceso judicial, argumentado que no se lo podía condenar cuando el cuerpo de la joven no había sido hallado.

Por este mismo caso fueron condenados un primo de Bruno -que en 2010 era menor de edad- considerado el responsable del secuestro de Samudio.

Y también fue este familiar quien aseguró que el futbolista también participó en el secuestro y que además dio la orden a un expolicía de desaparecer el cuerpo de la mujer.

Se espera que Bruno debute en los próximos días con su nuevo club, mientras aguarda la decisión de la justicia que lo puede regresar a la cárcel o dejarlo en libertad definitivamente.

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