Rafael Nadal (2º) ganó su 13º Roland Garros al batir con rotundidad en la final a Novak Djokovic (1º) por 6-0, 6-2 y 7-5, este domingo bajo el techo retráctil de la pista Philippe Chatrier, igualando la histórica marca de 20 torneos de Grand Slam  ganados por Roger Federer.

En 2 horas y 41 minutos el español desarmó al serbio para ampliar su récord de trofeos en la capital francesa, donde suma ya 100 victorias y solo dos derrotas desde que lograra el torneo por primera vez en 2005.

El más difícil todavía

Tres lustros después, en la batalla por la eternidad Nadal iguala a 20 'grandes' con su eterno rival Federer, de baja por una lesión de rodilla, mientras que Djokovic se queda con 17.

"No pienso hoy en los 20 títulos y Federer. Hoy es una victoria en Roland Garros, que significa todo para mí, aquí he tenido los mejores momentos de mi carrera", dijo emocionado la leyenda española.

Nadal ha logrado en este Roland Garros otoñal, desplazado de la primavera por la pandemia y jugado únicamente con 1.000 espectadores al día, el más difícil todavía.

Durante todo el torneo había recordado que las condiciones eran "las peores de siempre" para su tenis, refiriéndose al "frío extremo", a las nuevas bolas, "como piedras", y a su falta de rodaje (tres partidos en seis meses).

Todo parecía ordenado para que el serbio lograra su segundo grande francés después del que consiguió en 2016. Además, tras una mañana soleada, que prometía una tierra seca para el español, justo antes del partido empezó a llover y se tuvo que cerrar el nuevo techo retráctil de la central.

Humedad, lluvia y techo, el escenario ideal para el 'rey del indoor' Djokovic.

Pero el tenis de Nadal dijo no. Fue empezar a competir y quedaron de lado los elementos. Enchufado y fino de piernas, con una derecha sólida y sin casi cometer errores, Nadal destrozó a un Djokovic irreconocible, sin ideas, que casi ni dio batalla en la que fue su primera derrota en 2020 (sin contar la descalificación en octavos del US Open por un pelotazo a una juez).

Solo otro 6-0 en 55 partidos

Como en sus 99 victorias precedentes en París, Nadal se llevó el partido tras ganar el primer set. En sus dos únicas derrotas, ante Robin Soderling en 2009 y frente a Djokovic en 2015, había perdido la primera manga.

Este domingo, en este primer tramo, Djokovic, ya irregular en cuartos y semifinales, era incapaz de dominar con su servicio, abusando de las dejadas en esta edición de Roland Garros en la que se han convertido en su golpe favorito.

En sus 55 duelos anteriores -partido más repetido en la historia del tenis-, tan solo había un 6-0, en la final de Roma 2019 que se apuntó el español.

La segunda manga arrancó de forma idéntica a la primera. El número 1 era incapaz de marcar el ritmo ante un Nadal imperial, dictando el juego con variedad de golpes, combinando su látigo de derechas con bolas más bombeadas y un revés cruzado que sacaba al serbio de la pista.

Djokovic seguía fuera del partido y Nadal ya era un cohete al que no le importunaba ni el techo, ni la humedad ni el bote de la bola. Dos nuevas roturas sin que el serbio dispusiera ni de una oportunidad de 'break' le dieron el 2-0 en 47 minutos.

El español cerraba las dos primeras mangas con únicamente 6 errores directos, por 30 de Djokovic.

En el tercer set Djokovic por fin rompió el servicio de Nadal y por única vez en el partido se le vio rugir de rabia. Fue un espejismo.

Un saque directo dio al español su 13º título. El rey de París se arrodilló en su querida tierra batida, a la que regresará en siete meses para intentar seguir escribiendo la historia.

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