El argentino Marco Trungelliti le tuvo que pedir a su abuela de 89 años que saliera de la ducha para viajar en auto 10 horas desde Barcelona a París: iba a jugar en Roland Garros.
El tenista, de 28 años y 190 en el ranking mundial, estaba en su casa de Barcelona con su familia tras caer eliminado en el torneo preclasificatorio del grand slam parinsino.
Sin embargo, cuando el australiano Nick Kyrgios se tuvo que retirar del torneo por una lesión en el codo, Trungelliti se convirtió en uno de los "perdedores afortunados" que entraron al cuadro principal del abierto de París.
El resto es una "historia maravillosa", como la ha llamado Roland Garros.
El viaje por tierra
Tenía que regresar a París cuanto antes y hacerlo por avión era un riesgo, las huelgas en el sector había provocado numerosas cancelaciones.
Así que decidió hacer los más de 1.000 km de viaje en auto: con su abuela Dafne, su madre, Susanna, y su hermano Andre.
Y no les tomó mucho tiempo prepararse para la travesía. "Mi abuela estaba en la ducha y le dije: 'Ok, nos vamos a París'. Hay muchos vuelos cancelados".
"Necesitábamos a mi abuela. En media hora hicimos el equipaje, las maletas y nos fuimos".
"Mi hermano fue el que condujo la mayor parte de las 10 horas. Manejó unas seis horas", indicó un emocionado Trungelliti en una rueda de prensa.
Trungelliti contó que él se encargó de manejar unas cuatro horas y que oyeron música de diferentes estilos, incluido folclore argentino.
"Paramos cada dos horas para tomar café porque en esos momentos no sabía que jugaría. No había razón para estresarse".
Su familia lo estaba visitando en Barcelona y había rentado un vehículo para viajar por España durante las vacaciones.
Llegaron a París poco antes de la media noche.
Horas después, el argentino se enfrentó al australiano Bernard Tomic.
No se trataba de cualquier contrincante. Tomic es un tenista de enorme talento que ha logrado llegar a ser el 17 del ranking mundial y llegó a los cuartos de final de Wimbledon en 2011, aunque en los últimos tiempos se ha venido a menos con ciertos problemas de disciplina.
La mejor posición que Trungelliti ha alcanzado en su carrera fue 126, en julio de 2016.
Y aunque ya el año pasado Trungelliti llegó a la segunda ronda del torneo parisino, el claro favorito era el australiano.
Pero ganó el argentino 6-4, 5-7, 6-4 y 6-4.
"Perdedor afortunado"
Así fue que Trungelliti regresó a París para jugar la primera ronda de Roland Garros como uno de los ocho "perdedores afortunados" de este año.
El "lucky loser", como se llaman los jugadores que han perdido en la ronda clasificatoria antes de un torneo y que se usa como una especie de banco de reservas para cubrir las bajas del cuadro principal.
El siguiente "perdedor afortunado" en la lista era Prajnesh Gunneswaran, pero ya estaba en Italia para participar en otro torneo Challenger.
Lo que significaba que Trungelliti tenía que presentarse el lunes en la mañana para jugar.
"Creo que al menos mentalmente, estaba listo para jugar. Físicamente, ni idea", dijo.
"Al final salió bien. No sentí nada de presión".
"Perdí aquí el jueves. Por eso no jugué el viernes. El sábado no practiqué. El domingo, nada. Sólo tuve lunes para calentar y después saltar a la cancha", indicó el domingo a los periodistas.
"Es un momento hermoso".
Entrevistada por un reportero del canal de Roland Garros, la abuela de Trungelliti dijo que estaba "muy nerviosa, muy nerviosa". "Pero, muy feliz, feliz, feliz", agregó.
Este miércoles, el argentino perdió 6-1, 7-6(1) y 6-1 contra el italiano Marco Cecchinato, con lo que se despide del torneo al que le dio un toque muy especial.